Ir al contenido principal

Entradas

Volveremos a vernos.

Sigo creyendo que volveremos a vernos, que sólo fuimos torpes e impuntuales, que vendrá otro momento, que nuestra lista de pendientes nos espera para la aventura, para esos chineos que no nos dimos y esos lugares donde nos faltó besarnos hasta quemarnos.  Volveremos a vernos, nos quedaron en los bolsillos atardeceres llenos de risas con malos chistes incluídos, el río al que tirábamos piedritas nos sigue esperando, al igual que ese restaurante al que prometimos regresar un día que tuviéramos un poco más de hambre.  Porque sé que hay historias que nunca terminan y amores que jamás se marchitan, y no muy distante de eso estamos nosotros, casi a medio año luz, siendo un par de tercos aficionados a las despedidas y a los desenlaces inesperados.  Volveremos a vernos, no sé cuándo, no sé dónde, no sé cómo, y sigo siendo un completo  tonto por seguirlo esperando, por aguardar el día en que cruces de nuevo la puerta y me sonrías igual con esa cálida tarde de mayo que llevas ...

Un domingo de febrero.

Me gusta mi soledad, hace ya algún tiempo que no me preocupo si tendré a alguien para pasar los domingos, ya no me apura en lo más mínimo que nadie me llame, ya no respondo mensajes por responder, ya no extraño a nadie, ya no llevo prisa por dejar de estar solo. Un día entendí que antes de todo mereces estar bien, mereces tranquilidad, mereces que vengan a quererte bonito o que mejor no vengan, y sí, la verdad es que prefiero que no haya nadie a estar con cualquiera. Me prometí a mí mismo que la próxima persona que ocupe ese lugar en mi vida, tiene que ser alguien supere todas mis expectativas, alguien que venga a demostrar, alguien que me vea con toda la magia de este planeta, porque así tiene que ser, ya me cansé de aceptar menos y complicarme la vida con relaciones que no van a ningún lado. Me gusta mi soledad, porque estar conmigo es sacarse toda la puta lotería, porque soy mucho y ofrezco mucho, porque ya no tengo ganas de desperdiciar mi tiempo, mi cariño y mis días. Por eso ya n...

A quien corresponda.

Quiero un amor que me ponga a acelerar el corazón, que venga lleno de locuras, viajes y  atardeceres, que se sienta como poner las manos cerca de una fogata en los días fríos, que no tenga excusas, que mande mensajes a todas horas, que cada día quiera matarme con sonrisas y con uno que otro chineo. Quiero un amor que me saque de la rutina, que haga de los lunes un fin de semana, que llegue a media tarde un martes o un jueves para ver películas, acurrucarnos y quedarnos así hasta la madrugada, hablando de todo, riendo de todo, enamorándonos de todo. Quiero un amor que sea valiente, que me quiera por lo que brillla y también por lo difícil, que en los malos momentos no se mueva ni un centímetro, que sea capaz de hacerme sentir cuando todo se me caiga que estaremos bien con una mirada, con un abrazo, con una palabra. Quiero un amor que quiera conocer cada centímetro de mi alma, que me pregunte de mis gustos, de mis cosas favoritas, de cuando era niño y pueda contarle los secretos que ...

Estamos en paz.

Yo pensé que no se podía sin ti, porque estar a tu lado era lo único que sabía, me había aprendido de memoria tus gestos, tu risa, los lunares en tu cuerpo y hasta la velocidad en tus besos, te di tanto que de verdad me quedé sin nada. Tuve días malos y días muy grises en el camino para poder soltarte, canciones y calles donde fuimos felices, aquella carretera para ir a verte, y aquella terquedad mía de pensarte todos los días y esa increíble sonrisa tuya que me costó la mitad del alma quitármela del corazón. Ya no te busco en las estrellas ni en mi hermosa luna, ya no siento nada al llegar la hora del día donde siempre hablábamos, ya no eres mi deseo en las pestañas caídas, ya no me molesta escuchar tu nombre o percibir los perfumes que te gustaban. Estamos en paz, no sé nada de ti, ni tú de mí, y es lo mejor, porque no quiero volver a sentirme así, no quiero volver a caer como me caí por ti, no quiero que vuelvas ni yo volver, por eso le pido a Dios que te cuide, que la vida te trate...

Resiliencia.

- Estaba tomado, quizá un poco más de lo cotidiano, hablando a solas con tu recuerdo de lo mucho que te extraño, las noches de frío en que te esperaba escondido, en la sombra permanecí mucho tiempo hasta que llegaste con aquel azul vestido y el abrazo de esa pequeña esperanza regalándome un motivo para sonreír y sobrevivir a un cruel castigo. Algo ebrio mientras dibujo en el espejo renglones torcidos, que con suspiros sobre ellos una carta escribo, me doy cuenta que he quedado en el olvido, y de un fuerte soplido apago esa vela que me mantenía aferrado a una cordura que esperaba ver de nuevo aquel lunar en el párpado que una vez fue mío. Dando suaves besos a una botella y conversando con un Marlboro mentolado, comienzo a perder la conciencia y veo pasar todos aquellos hermosos instantes que pronto quedaron en el olvido, poco a poco elimino todo lo que alguna vez me mantuvo vivo, tuve que morir esta noche para renacer vacío. Al fin levanto la mirada al cielo, y solo veo estrellas, ya no...

Alma terca.

La esperé con el alma inquieta, con el corazón esperanzado, con los ojos mirando al infinito atardecer  y los brazos anhelando poder estrecharla. La espero cada bendita madrugada, con la ventana abierta de par en par, con la luz de la esperanza encendida y de fondo una canción que habla  de lo que alguna vez nos quisimos. Aguardo a su llegada sin aviso previo, a que por las noches tenga frío y en mi pecho busque abrigo, para dormir abrazados bajo el cobijo  de la discreta Luna. Aquí la espero con el alma desnuda y el cuerpo expuesto a sus encantos, la piel erizada al recordar sus caricias y el corazón acelerado al revivir aquellas horas de total entrega. La he esperado en silencio,  sin pedirle que regrese, sonriéndole a la vida y llorando su ausencia. Alma terca que no deja de repasar  los bellos momentos que compartimos, y un corazón que suspira su nombre con cada recuerdo, con cada latido. Aún la espero... aún la quiero.

Crees irte, pero no.

¿Piensas que te fuiste porque dijiste "Bye"?  ¿Piensas que ya se terminó porque no se ven más? A veces no, a veces  no termina.  A veces cuando menos se ven es cuando más presentes están, cuando más se piensan. A veces se buscan en otras bocas, en otros cuerpos, pero no son... Y duele.  A veces crees irte, pero no, siempre llegas a la misma hora.  Estás ahí, no te fuiste ni un segundo, nadie te volvió a abrazar igual, ningún otro beso te dio sed. No volviste a mirar para arriba y agradeciste por ese día que llegó a tu vida.  Juntos se matan, separados se extrañan, cerca se lastiman, lejos se piensan cada segundo.  ¿Dónde está la lógica?  ¡El amor no tiene lógica, ahí está! A veces alguien te marca tanto, pero tanto, que no te vas ni yéndote, siempre algo tuyo queda ahí, flotando día a día.  Crees irte, pero no. Sales a distraerte, te convences que superaste y no estás haciendo más que querer volver. Te aferras, te atas a quien te hace mal sól...