Ir al contenido principal

Entradas

Carta abierta para quien está atravesando un desierto.

Carta abierta para quien está atravesando un desierto. (Larga pero si llegas hasta el final espero que sea de bendición).  Se que estás ahí, caminas por inercia, sientes que tus fuerzas ya no dan más. Tus pies se mueven pero sientes el cansancio te vence poco a poco. Te encuentras sol@ sabes que cuando caigas al suelo vendrán las aves de rapiña a buscar tu carne, por eso no caes, por eso aún sigues caminando.  Sé que miras a un lado y al otro y no ves respuesta. Tu boca no quieres abrir porque está reseca, tu garganta duele, tus ojos están cansados de llorar. Se qué parece una eternidad. Duele, quema caminar sobre la arena, hay hambre, hay sed, hay sueño. Te preguntas ¿Por qué a mí? ¿Por qué yo estoy atravesando esto? De repente ves al cielo y le dices ¿Por qué te olvidaste de mí? ¿Por qué me abandonaste? ¿Dónde estás? ¿Existes? Primero te enojas, luego te duele, luego le reclamas, luego callas estás cansad@ y no sabes si realmente Dios existe y es Él quien te llevo hasta ahí....

Te ex quiero.

¿Te acuerdas de mi? Todos tenemos un ex, o dos, o varios. Personas que han formado parte de nuestras vidas y que en más o en menos tiempo y que con más o con menos sentimientos, marcaron un antes y un después en nuestra historia. Ex, una palabra indecorosa, antiestética, que casi siempre viene acompañada de dolor de estómago, de recuerdos repletos de nostalgia, confusión, rencor y a veces de odio. ¿Por qué? ¿Por qué en la mayoría de los casos, después de haber roto una relación sentimental ya no volvemos a tener contacto, ni una relación cordial o de amistad, con una persona con la que hemos compartido tanto? ¿No es triste? Es tristísimo. Personas con las que hemos compartido nuestro cuerpo, nuestros besos, nuestra piel, nuestros secretos más íntimos. Personas a las que juramos amor eterno, personas con las que recorrimos el mundo de la mano, personas que hicieron de sus chistes nuestra sutileza, personas con las que nos pasábamos horas y horas hablando hasta que los gritos se hicieron...

Volar ligero.

Sí,  hay días en los que me gana  el pesimismo pero recuerdo que me tengo a mí mismo, y pienso en todas esas batallas de las que logré recuperarme y eso me da la fuerza para no abandonarme.  Y es que hay días en los que me siento como un cero a la izquierda y no encuentro la manera de salvarme, pero llevo conmigo aquella promesa de no volver  a derrumbarme.  Me estoy sanando . Estoy entendiendo que no tengo que hacerme indispensable.  Estoy tomando distancia para observar y observar desde lejos. Estoy despertando de un aletargado condicionamiento.  Me doy cuenta que no necesito de apegos.  Que para ser libre es necesario volar ligero.  Estoy sintiendo lo que significa no ser necesitado.  Estoy entendiendo lo que hace la distancia, el tiempo y la autonomia en la decisiones.  Estoy dejando de influir e intervenir en vidas ajenas.  Estoy dejando de estar donde no soy llamado.  Estoy dejando de cargar procesos de otros.  ...

¡Al carajo los amores de la nueva era!

¡Al Carajo los amores de la nueva era!  No quiero un amor 2.0. No quiero besos por WhatsApp de esos que se ponen cuando no hay nada que decir. No quiero chats llenos de preguntas, pero conversaciones cara a cara llenas de silencios. No quiero poemas de Benedetti que vayan en listas de Difusión.  No quiero un amor con filtros, ni un beso de 15 segundos. No quiero citas que duren 140 caracteres ni que me demuestren amor en un "retuit". No quiero un me encanta en mis fotos y ausencia en mis días. No quiero un amor que quede en visto, ni un "en línea"  compartido. No quiero ser el trending tópic de la semana, ni tampoco el spam de tu vida.  No quiero un amor de celular y laptop, de esos que son solo números binarios y no tienen alma. No quiero un amor para fotos que  duren lo que las historias en instagram. No quiero que me dediquen la canción más top de Spotify,  cuando a mí corazón le gustan los autores desconocidos de esos que hacen música por pasiones y no ...

Nada te quito, nada te agrego.

Destellos de luz iluminando mí noche,  formando en sí, un paisaje perfecto.  Tan fresca se siente, que van en aumento mis ganas por estar entre tus brazos, queriéndote y admirando tus ojos, tan bellos que me hacen estar cada vez más enamorado.  No aspiro a riquezas y mucho menos algún reinado, que tú cariño sea sólo mío y te quedes por siempre a mí lado.  Te quiero para toda la vida, para tomar tú mano y llevarte así hasta el momento que nos toque caminar lerdo.  Este corazón que late dentro de mí, te pertenece.  Por que yo así lo decidí, por que sin tí, el no tendría un solo latido tan fino y perfecto al pensar en tí, aunque no estés a mí lado en ése instante.  Yo te amo así con tú sonrisa y tus enojos, nada te quito, nada te agrego, eres perfectamente imperfecta y el amor de mí vida. 

Te encontré.

Te encontré a pesar de lo difícil Que es oír entre tanto ruido Te encontré a pesar de Que buscar me tenía mas perdido Te encontré en el último vagón del tren Distinguí que había alrededor Algo nada cotidiano Percibí una ola de calor Que se apoderó de mis manos Te sentí eras tan sutil que sonreí Y al fin llegó al atardecer éste amor que aun no puedo creer Cuando se perdió la fe Y dejaba de creer Me di vuelta y te encontré Cuando la desilusión Me rondaba el corazón Me di vuelta y te encontré Te espere a pesar de las muchas Y variadas dificultades Te esperé con los ojos vendados En busca de alguna clave Te espere pero esto jamás me lo imagine Y al fin llego al atardecer este Amor que aun no puedo creer.

No te conozco.

No te conozco, pero te espero. No te conozco, pero te anhelo. No te conozco, pero te sueño. Me pregunto:   ¿cómo serás? ¿cómo serán tus ojos? Si tendré que ayudarte a peinarte con dos colitas de princesa, o bien; enseñarte a hacer un nudo de corbata.  Por lo pronto me preparo para cuidarte, para defenderte, sueño con desvelarme solo para contemplarte, anhelo que llegue el día para conocerte. Te he pensado muchas veces, desde ya oro por tí y que Dios te cuide mientras nos veremos por primera vez.  Mis decisiones de hoy procuro que sean en función de que estés en mi mañana, quiero convertirme en el padre que nunca tuve, quiero llenarte de amor, y que tú me hagas sentir que no existe nada más preciado.  Me gustaría saber si me esperas tanto como yo te espero a ti, me gustaría abrazarte o escucharte tan solo un segundo.  Por ahora me conformo con soñar con el día que tenga que calmar tu llanto, con secar tus lágrimas, sueño con tu aroma, con...