Sigo creyendo que volveremos a vernos, que sólo fuimos torpes e impuntuales, que vendrá otro momento, que nuestra lista de pendientes nos espera para la aventura, para esos chineos que no nos dimos y esos lugares donde nos faltó besarnos hasta quemarnos. Volveremos a vernos, nos quedaron en los bolsillos atardeceres llenos de risas con malos chistes incluídos, el río al que tirábamos piedritas nos sigue esperando, al igual que ese restaurante al que prometimos regresar un día que tuviéramos un poco más de hambre. Porque sé que hay historias que nunca terminan y amores que jamás se marchitan, y no muy distante de eso estamos nosotros, casi a medio año luz, siendo un par de tercos aficionados a las despedidas y a los desenlaces inesperados. Volveremos a vernos, no sé cuándo, no sé dónde, no sé cómo, y sigo siendo un completo tonto por seguirlo esperando, por aguardar el día en que cruces de nuevo la puerta y me sonrías igual con esa cálida tarde de mayo que llevas ...