Ir al contenido principal

A quien corresponda.

Necesitas a alguien que sepa intentarte, que se quede contigo donde todos los demás salieron huyendo, que sepa voltear el mundo por una de tus sonrisas, que entienda por lo que has pasado, que te faltan pedazos, que estás lleno de cicatrices pero que te esfuerzas cada día por ser mejor. No necesitas de alguien que te detenga, no necesitas de alguien que te prohíba cosas, no necesitas de alguien con quien no puedas ser tú mismo, no necesitas que te hagan sentir insuficiente, no necesitas que te quiten tu libertad, ni tus alas, ni tu magia, porque todo lo que apaga en lugar de ponerte a brillar, hace daño aunque tenga el título de amor en la portada. Necesitas de una persona que no sea perfecta pero que en verdad se muera de ganas de estar contigo, alguien que siempre encuentre la manera, alguien que entienda que los días malos pasan y se aguantan, alguien que te llene de mensajes, detalles y llamadas, alguien que en verdad no se vea en otro lugar que no sean tus brazos sin importar cuantos tropiezos hayan en el camino. Necesitas de alguien que no necesites para nada, pero que te elija para todo, que haga de este universo algo más bonito cada día con su forma de tratarte, y ahí, en ese lugar lleno de un buen amor y buenas intenciones, ahí te quedas, lo cuidas y lo quieres con cada uno de tus latidos para no perderlo nunca. 



Comentarios

Entradas más populares de este blog

Un San Valentín cualquiera.

Hace ya algún tiempo que decidí estar solo, dejarme ya de tantas pendejadas y quitarme el miedo a la soledad, porque pues, en realidad no pasa nada si nadie llama o escribe, no pasa nada si tengo que esperar a que un buen amor llegue, no pasa nada si dedico el tiempo para mí. A veces pienso que le damos demasiada importancia al amor, o sea, sí está bien tener pareja, pero tampoco es lo único en la vida que vale la pena, y no me mal entiendas, soy un romántico de lo peor, pero ya me cansé de serlo con la persona equivocada. Y en este tiempo de soledad he aprendido que siempre habrá opciones, pero debemos tener el maldito de valor de decir que no a alguien que no llena nuestras expectativas, tener el valor de no conformarnos, tener el valor de no aceptar algo sólo porque nos gusta, o nos habla bonito, o cualquier otra borona de amor entre sus líneas. La mayoría de las personas complican el amor porque en realidad aceptaron algo que no les gustaba desde el inicio, algo que les daba dudas ...

Un para siempre.

Ya no le tengo miedo a quedarme solo, ya he perdido al amor de mi vida un par de veces y aquí sigo, no he dejado de creer pero cada vez el corazón se ha vuelto más frío, más duro y más sensato. No quiero decir que ya no me volveré a enamorar, porque más rápido cae un hablador que un cojo, pero sí puedo decirte que ya no quiero enamorarme de quien sea, ya no quiero más heridas, ni provocarlas; ya no quiero más coincidencias e intentos fallidos. Y ya sé que uno nunca sabe lo que va a pasar, al final el destino es un hijo de perra y cupido otro, pero a mí me gusta pensar que la próxima vez será la buena, la próxima vez ya nadie terminará con el corazón roto. Yo no le tengo miedo a quedarme solo, te lo juro, pero ya no confío tanto en las personas, ya no me emociono tan fácil, ya me morí varias veces en esto del amor, por eso ya sólo quiero cafecito caliente, tranquilidad y un para siempre que sí dure lo que promete.

Tropezar, caer y levantarse.

Supongo que todos hemos sido esa versión que nos hubiera encantado mejorar para alguien, o esa versión muy bonita que alguien no supo valorar ni cuidar. También hubiéramos podido equivocarnos menos, haber tomado mejores decisiones, cometer menos errores, dar menos oportunidades pero incluso de lo que sale mal vienen las mejores lecciones. A lo mejor van a haber disculpas que nunca llegaron o que nunca tuviste la oportunidad de dar, te vas a tener que quedar con algunos «quizá» y otros «hubiera» atrapados en el alma, vas a tener que soltar algunos para siempre y quedarte con futuros que sólo van a existir en los suspiros en medio de tantos atardeceres. Y no sé, creo que a veces simplemente no es el lugar o la persona, que no estamos listos o no están listos, que nos hace falta sanar o un poco mas de amor o tranquilidad o sólo es un mal momento de tu vida y en esos momentos todo está de cabeza. Supongo que al final todos seguimos mejorando, ya sabes, tropezando, cayendo y levantándo...