No todas las madres aman,
ni todos los padres defienden
Hay familias tan tóxicas
que la distancia marcada
clara y firme
el único remedio para sanar
No todos venimos por amor
fuimos no deseados
no esperados
no planeados
y en muchos casos producto
de una violación
aún dentro de un matrimonio.
Hay madres enloquecidas
que vuelcan en nosotros
su ira y sus heridas
hay padres a quienes
no les importamos
ni antes, ni ahora, ni nunca.
Hay hermanos crueles
abusivos, violentos y que se creen con derecho sobre nosotros.
Los que un día se sentaron en la mesa hoy traicionan
roban, hablan, envidian
aún lo nuestro.
Hay hijos violentos, ingratos
distantes y abusivos con sus Padres.
Hijos que no aman
a sus propios padres
que están con ellos
porque les conviene o
para obtener alguna ganancia.
Hay familias que nunca están
o estarán para nosotros
solo cuando les conviene
para seguir usándonos
en nombre de la sangre que nos une.
Hasta que no dejemos
de romantizar la familia,
la pareja, los padres, los hermanos
no podremos crecer, sanar
y poner límites sanos
Para sanar
es necesario ver la sombra
el lado oscuro de nuestro árbol.
Toma fuerza y valentía
para alejarte de lo que
Te ha dañado toda la vida.
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