Ir al contenido principal

Reír contigo.

No tienes que agradecerme por las palabras bonitas, ni por el tiempo que con gusto te dedico, me conformo con hacerte reír un ratito y verte mientras lo haces, servirte de amable recordatorio para que no permitas que las tristezas ganen la batalla, hacerte brillar y que no vuelvas a olvidar que eres un universo bien lindo por cualquier lado que te mire. Me conformo con ayudarte a florecer, con que amanezcas con una sonrisa en la cara, que te sientas increíblemente guapa para ti, que bailes para ti, que escuches canciones para ti, que al cambiarte frente al espejo en la mañana te la creas y me recuerdes casi sin querer al tomar cafecito. No te sientas comprometida, no espero nada de vuelta, solamente estoy disfrutando de la vista y en este momento eres tú, saboreando la coincidencia mientras nos dure y tratando de que los días se vayan al pasito, después probablemente toque que alguien más nos cause musiquita en los pensamientos o cambie todo y nos sintamos tan realmente cómodos que ya no queremos movernos. Lo que pasa es que en este momento estás en cada uno de mis latidos, en este momento me derrites y me traes hasta brincando por las calles, en este momento te pienso y verte contenta se ha convertido en mi pasatiempo preferido. Por eso me gusta este viaje con destino a tu sonrisa, porque no me canso de tu manera de ver la vida, porque no me canso de ese pequeño gesto que haces cuando estás distraída, y no sé si me gustas demasiado o si gustar demasiado ya se me ha quedado corto, pero reír contigo se ha convertido en mi cosa favorita.



Comentarios

Entradas más populares de este blog

Un San Valentín cualquiera.

Hace ya algún tiempo que decidí estar solo, dejarme ya de tantas pendejadas y quitarme el miedo a la soledad, porque pues, en realidad no pasa nada si nadie llama o escribe, no pasa nada si tengo que esperar a que un buen amor llegue, no pasa nada si dedico el tiempo para mí. A veces pienso que le damos demasiada importancia al amor, o sea, sí está bien tener pareja, pero tampoco es lo único en la vida que vale la pena, y no me mal entiendas, soy un romántico de lo peor, pero ya me cansé de serlo con la persona equivocada. Y en este tiempo de soledad he aprendido que siempre habrá opciones, pero debemos tener el maldito de valor de decir que no a alguien que no llena nuestras expectativas, tener el valor de no conformarnos, tener el valor de no aceptar algo sólo porque nos gusta, o nos habla bonito, o cualquier otra borona de amor entre sus líneas. La mayoría de las personas complican el amor porque en realidad aceptaron algo que no les gustaba desde el inicio, algo que les daba dudas ...

Un para siempre.

Ya no le tengo miedo a quedarme solo, ya he perdido al amor de mi vida un par de veces y aquí sigo, no he dejado de creer pero cada vez el corazón se ha vuelto más frío, más duro y más sensato. No quiero decir que ya no me volveré a enamorar, porque más rápido cae un hablador que un cojo, pero sí puedo decirte que ya no quiero enamorarme de quien sea, ya no quiero más heridas, ni provocarlas; ya no quiero más coincidencias e intentos fallidos. Y ya sé que uno nunca sabe lo que va a pasar, al final el destino es un hijo de perra y cupido otro, pero a mí me gusta pensar que la próxima vez será la buena, la próxima vez ya nadie terminará con el corazón roto. Yo no le tengo miedo a quedarme solo, te lo juro, pero ya no confío tanto en las personas, ya no me emociono tan fácil, ya me morí varias veces en esto del amor, por eso ya sólo quiero cafecito caliente, tranquilidad y un para siempre que sí dure lo que promete.

Tropezar, caer y levantarse.

Supongo que todos hemos sido esa versión que nos hubiera encantado mejorar para alguien, o esa versión muy bonita que alguien no supo valorar ni cuidar. También hubiéramos podido equivocarnos menos, haber tomado mejores decisiones, cometer menos errores, dar menos oportunidades pero incluso de lo que sale mal vienen las mejores lecciones. A lo mejor van a haber disculpas que nunca llegaron o que nunca tuviste la oportunidad de dar, te vas a tener que quedar con algunos «quizá» y otros «hubiera» atrapados en el alma, vas a tener que soltar algunos para siempre y quedarte con futuros que sólo van a existir en los suspiros en medio de tantos atardeceres. Y no sé, creo que a veces simplemente no es el lugar o la persona, que no estamos listos o no están listos, que nos hace falta sanar o un poco mas de amor o tranquilidad o sólo es un mal momento de tu vida y en esos momentos todo está de cabeza. Supongo que al final todos seguimos mejorando, ya sabes, tropezando, cayendo y levantándo...