Yo te cuido. Yo te quito los zapatos y te acuesto cuando volvamos de cenar... Yo te abrazo en la cocina mientras cocinamos juntos y nos comemos la boca. Yo te beso la frente para que te sientas protegida, te abrazo bien fuerte para que te sientas en casa. Yo te mato los miedos a besos, te quito las dudas con puras caricias. Te mido la cintura a besos. Yo te digo cuantas cosquillas te mide la tristeza. Te regalo mi oído, mi hombro, mi pecho, mi tiempo, lo que haga falta para que puedas confiar de una vez por todas en alguien. Yo te llevo de la mano por la calle, te abro la puerta, te corro la silla para que te sientes cuando salgamos por ahí a hablar tendido en una de tus tardes. Yo te canto al oído despacito. Yo te veo dormir la siesta y suspiro agradeciéndole a Dios el simple hecho de que existas. Solo déjate cuidar. Aunque ya se que te puedes cuidar sola y está genial, pero; ¿no sería lindo que te lleven la cartera un ratito? Piénsalo.