Ir al contenido principal

La mala costumbre.

La mala costumbre que tenemos los seres humanos de valorar algo solamente en su ausencia.
Valoramos el dinero cuando nos falta.
Valoramos el tiempo cuando estamos muriendo.
Valoramos la familia cuando la perdimos.
Valoramos el frío cuando hace calor, y deseamos que haga calor cuando hace frío.
Solamente cuando recibimos un golpe bajo, dejamos de posponer la vida para después.
Vivimos de recuerdos del pasado, o anhelando un futuro que ni sabemos si vamos a alcanzar, mientras sufrimos el presente como si nos encontráramos en una prisión sin salida.
Vivimos discutiendo con nuestros padres, y luego cuando mueren, anhelamos con todo nuestro ser poder retroceder el tiempo y darles tan solo un abrazo más.
Nos quejamos de todo lo que nos falta, y nos olvidamos de disfrutar de lo que nos sobra.
El ayer ya pasó, y el futuro es incierto.
Solamente nos queda vivir aquí, y ahora, y sembrar lo mejor que tengamos, confiando en que vamos a cosechar lo mejor después.
¿Por qué esperar para decir "Te Amo"?
¿Por qué no luchar hoy por lo que deseas?
¿Por qué guardarte sonrisas, abrazos, y besos?
¿Por qué no pedir perdón?
Nunca creemos que se nos puede acabar el tiempo, hasta que se nos acaba.
Nunca creemos que podemos perder algo, hasta que lo perdemos.
Nunca creemos que vamos a morir, hasta que estamos muriendo.
¿Por qué no mejor disfrutar del sol, cuando está brillando?
¿Por qué no mejor dejar que la lluvia nos moje, cuando está lloviendo?
¿Por qué no reír cuando estamos felices, y llorar cuando sufrimos?
Sufrir, también es vivir.
Que duela también es señal de que puedes sentir. Sentir, todavía es señal de que hay esperanza.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Un San Valentín cualquiera.

Hace ya algún tiempo que decidí estar solo, dejarme ya de tantas pendejadas y quitarme el miedo a la soledad, porque pues, en realidad no pasa nada si nadie llama o escribe, no pasa nada si tengo que esperar a que un buen amor llegue, no pasa nada si dedico el tiempo para mí. A veces pienso que le damos demasiada importancia al amor, o sea, sí está bien tener pareja, pero tampoco es lo único en la vida que vale la pena, y no me mal entiendas, soy un romántico de lo peor, pero ya me cansé de serlo con la persona equivocada. Y en este tiempo de soledad he aprendido que siempre habrá opciones, pero debemos tener el maldito de valor de decir que no a alguien que no llena nuestras expectativas, tener el valor de no conformarnos, tener el valor de no aceptar algo sólo porque nos gusta, o nos habla bonito, o cualquier otra borona de amor entre sus líneas. La mayoría de las personas complican el amor porque en realidad aceptaron algo que no les gustaba desde el inicio, algo que les daba dudas ...

Un para siempre.

Ya no le tengo miedo a quedarme solo, ya he perdido al amor de mi vida un par de veces y aquí sigo, no he dejado de creer pero cada vez el corazón se ha vuelto más frío, más duro y más sensato. No quiero decir que ya no me volveré a enamorar, porque más rápido cae un hablador que un cojo, pero sí puedo decirte que ya no quiero enamorarme de quien sea, ya no quiero más heridas, ni provocarlas; ya no quiero más coincidencias e intentos fallidos. Y ya sé que uno nunca sabe lo que va a pasar, al final el destino es un hijo de perra y cupido otro, pero a mí me gusta pensar que la próxima vez será la buena, la próxima vez ya nadie terminará con el corazón roto. Yo no le tengo miedo a quedarme solo, te lo juro, pero ya no confío tanto en las personas, ya no me emociono tan fácil, ya me morí varias veces en esto del amor, por eso ya sólo quiero cafecito caliente, tranquilidad y un para siempre que sí dure lo que promete.

Tropezar, caer y levantarse.

Supongo que todos hemos sido esa versión que nos hubiera encantado mejorar para alguien, o esa versión muy bonita que alguien no supo valorar ni cuidar. También hubiéramos podido equivocarnos menos, haber tomado mejores decisiones, cometer menos errores, dar menos oportunidades pero incluso de lo que sale mal vienen las mejores lecciones. A lo mejor van a haber disculpas que nunca llegaron o que nunca tuviste la oportunidad de dar, te vas a tener que quedar con algunos «quizá» y otros «hubiera» atrapados en el alma, vas a tener que soltar algunos para siempre y quedarte con futuros que sólo van a existir en los suspiros en medio de tantos atardeceres. Y no sé, creo que a veces simplemente no es el lugar o la persona, que no estamos listos o no están listos, que nos hace falta sanar o un poco mas de amor o tranquilidad o sólo es un mal momento de tu vida y en esos momentos todo está de cabeza. Supongo que al final todos seguimos mejorando, ya sabes, tropezando, cayendo y levantándo...