Ir al contenido principal

Ojalá encuentres a alguien.

Ojalá encuentres a quien no tengas que buscar, ni insistir, alguien que te haga sentir que no estás forzando las cosas, que nada va rápido o lento, que simplemente va.

Alguien que se enamore de tu risa, de tus canas, de tus arrugas, de tu experiencia, que quiera hacerte reír todo el tiempo, que se haga adicto a tu sonrisa, alguien para quien tu felicidad sea el sol todas las mañanas y el brillo de tus ojos su alimento.

Ojalá encuentres a alguien a quien le vuelva loco cada pequeño detalle en ti, incluso tus imperfecciones, y con todo y ellas, te haga sentir como si nada faltara, como si estuvieras en casa.

Alguien que responda tus mensajes con atención, que no lleve pretextos en los bolsillos, que le pinte un par de horas extra al día si es que las ocupaciones no le dejan, y te las dedique.

Ojalá encuentres a alguien que pierda la cabeza por ti, que te dibuje, que te escriba, que te cante, alguien que no le avergüence bailar enfrente de todos para hacerte estallar un volcán de mariposas en la panza.

Alguien que te haga sentir que el romance es un juego de niños, que te diga un montón de veces al día que te quiere, pero más que eso, que te lo demuestre con sus actos.

Ojalá encuentres a alguien a quien le causes insomnios y desveladas, que te escriba a media madrugada que tiene miedo que alguien más descubra lo increíble que eres y te pueda perder.

Alguien que te haga sentir como si jamás te hubieran hecho daño, alguien que termine de cerrar tus heridas y te haga sentir que se ha ganado el premio mayor cada vez que te abrace.

Ojalá encuentres a alguien que nunca quiera perderte, que pudiendo elegir a cualquiera y teniendo otras opciones, seas tú su elección cada día.  
 
Ojalá y la encuentres, porque yo ya la encontré...


Comentarios

Entradas más populares de este blog

Un San Valentín cualquiera.

Hace ya algún tiempo que decidí estar solo, dejarme ya de tantas pendejadas y quitarme el miedo a la soledad, porque pues, en realidad no pasa nada si nadie llama o escribe, no pasa nada si tengo que esperar a que un buen amor llegue, no pasa nada si dedico el tiempo para mí. A veces pienso que le damos demasiada importancia al amor, o sea, sí está bien tener pareja, pero tampoco es lo único en la vida que vale la pena, y no me mal entiendas, soy un romántico de lo peor, pero ya me cansé de serlo con la persona equivocada. Y en este tiempo de soledad he aprendido que siempre habrá opciones, pero debemos tener el maldito de valor de decir que no a alguien que no llena nuestras expectativas, tener el valor de no conformarnos, tener el valor de no aceptar algo sólo porque nos gusta, o nos habla bonito, o cualquier otra borona de amor entre sus líneas. La mayoría de las personas complican el amor porque en realidad aceptaron algo que no les gustaba desde el inicio, algo que les daba dudas ...

Un para siempre.

Ya no le tengo miedo a quedarme solo, ya he perdido al amor de mi vida un par de veces y aquí sigo, no he dejado de creer pero cada vez el corazón se ha vuelto más frío, más duro y más sensato. No quiero decir que ya no me volveré a enamorar, porque más rápido cae un hablador que un cojo, pero sí puedo decirte que ya no quiero enamorarme de quien sea, ya no quiero más heridas, ni provocarlas; ya no quiero más coincidencias e intentos fallidos. Y ya sé que uno nunca sabe lo que va a pasar, al final el destino es un hijo de perra y cupido otro, pero a mí me gusta pensar que la próxima vez será la buena, la próxima vez ya nadie terminará con el corazón roto. Yo no le tengo miedo a quedarme solo, te lo juro, pero ya no confío tanto en las personas, ya no me emociono tan fácil, ya me morí varias veces en esto del amor, por eso ya sólo quiero cafecito caliente, tranquilidad y un para siempre que sí dure lo que promete.

Tropezar, caer y levantarse.

Supongo que todos hemos sido esa versión que nos hubiera encantado mejorar para alguien, o esa versión muy bonita que alguien no supo valorar ni cuidar. También hubiéramos podido equivocarnos menos, haber tomado mejores decisiones, cometer menos errores, dar menos oportunidades pero incluso de lo que sale mal vienen las mejores lecciones. A lo mejor van a haber disculpas que nunca llegaron o que nunca tuviste la oportunidad de dar, te vas a tener que quedar con algunos «quizá» y otros «hubiera» atrapados en el alma, vas a tener que soltar algunos para siempre y quedarte con futuros que sólo van a existir en los suspiros en medio de tantos atardeceres. Y no sé, creo que a veces simplemente no es el lugar o la persona, que no estamos listos o no están listos, que nos hace falta sanar o un poco mas de amor o tranquilidad o sólo es un mal momento de tu vida y en esos momentos todo está de cabeza. Supongo que al final todos seguimos mejorando, ya sabes, tropezando, cayendo y levantándo...