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El doble de guapa.

Yo sólo sé que eres la chica que los domingos se ve el doble de guapa,  que se prepara el cafecito sin prisa, que se olvida de todos los pendientes, o bueno, de los no tan importantes. Y volteas al espejo y ves una diosa en pijama, bailas un poquito, hoy no te acuerdas de la dieta, ni del ex, ni de nada, hoy simplemente eres feliz y qué bonita te ves siéndolo. Ya luego te entra la duda de si sales o no de la casa, pero al final las ganas de quedarte cobijada hoy ganan, pones una serie y dejas que pase el tiempo hasta que el atardecer aparezca, le tomas fotos y subes una historia con esa canción que no te sacas de la cabeza. Yo sólo sé que eres la chica que los domingos se ve el doble de guapa, y los lunes, y los jueves, y cada uno de los días donde pones tu tranquilidad, tu amor propio y tu sonrisa por encima de todo.

Un San Valentín cualquiera.

Hace ya algún tiempo que decidí estar solo, dejarme ya de tantas pendejadas y quitarme el miedo a la soledad, porque pues, en realidad no pasa nada si nadie llama o escribe, no pasa nada si tengo que esperar a que un buen amor llegue, no pasa nada si dedico el tiempo para mí. A veces pienso que le damos demasiada importancia al amor, o sea, sí está bien tener pareja, pero tampoco es lo único en la vida que vale la pena, y no me mal entiendas, soy un romántico de lo peor, pero ya me cansé de serlo con la persona equivocada. Y en este tiempo de soledad he aprendido que siempre habrá opciones, pero debemos tener el maldito de valor de decir que no a alguien que no llena nuestras expectativas, tener el valor de no conformarnos, tener el valor de no aceptar algo sólo porque nos gusta, o nos habla bonito, o cualquier otra borona de amor entre sus líneas. La mayoría de las personas complican el amor porque en realidad aceptaron algo que no les gustaba desde el inicio, algo que les daba dudas ...

A quien corresponda.

Tenía luz en sus ojos, su voz dulce y directa como el primer rayo de sol en la mañana, su magia era profunda, su elegancia su carta de presentación, su nobleza y lealtad sus más fieles compañeras. Su compañía era tan gratificante como el más bello atardecer en tu playa favorita. Sus ganas de salir adelante eran inmensas, sus manos expresivas y llenas de números, su estatura era la justa para alcanzar al infinito, siempre tan formal, tan auténtica en el mismo renglón, su sonrisa era tan cálida como un buen vino cerca del mar. Ella no lo sabe, pero cuando sonríe siempre el más feliz soy yo. Y como diría mi buen amigo García Márquez: "hay almas a las que uno tiene ganas de asomarse, como una ventana llena de luz."

Ya nadie hace el café como antes.

Nada luce igual.

Hay caricias que duran incluso después del roce.   Hay, a veces, personas a las que la distancia no puede separar.   Y escalofríos provocados por el calor de un abrazo.   Aún hay sonrisas de esas que parecen cualquier otro amanecer.  Algunas noches tengo la sensación de que el camino corto también puede ser el correcto. Que, por una vez, la felicidad no depende de llegar a ningún sitio, sino de disfrutar del lugar en el que estamos.  Solo hay que cerrar los ojos. Cerrarlos con fuerza y acordarse de lo bonito.  De la brevedad, del detalle, del momento.   De las manos que envolvieron aquel regalo. No se puede vivir como aquel que no recordó darse una oportunidad para ser feliz.  Y agarrarse a la esperanza.  Agarrarse con fuerza a las ilusiones.  Y seguir. Seguir, parar, tomar aire, respirar.  Mojarnos bajo la lluvia.  Y nunca, nunca creer que las cosas que se derrumban no puedan levantarse de nuevo. Nunca creer que lo triste dura...

En la misma persona.

Que bonito es encontrarlo todo en la misma persona, ya sabes, sonrisas, ganas, cariño, estabilidad, amor, buen sexo, lealtad y compromiso. Porque el amor debería ser así, compartir tus días con unos ojitos que tienen las mejores intenciones, unos ojitos que te vean y en serio quieran quedarse, unos ojitos a los que mires y tengas un millón de razones para intentarlo. Por eso creo que no debemos conformarnos, la vida al final es tan solo un parpadeo y deberíamos estar junto a alguien que nos vuele el corazón, el alma y la cabeza, alguien que sepa volvernos locos y al mismo tiempo nos dé esa paz bonita que te hace querer no irte nunca. Ojalá todos alguna vez podamos encontrarlo todo en una persona, y estemos listos, y sepamos cuidarlo, y podamos ofrecerle lo mismo, y se nos vaya la vida entre risas, poemas y aventuras.

Cero riesgos.

No sé cuándo se me acabó la paciencia, pero ya no me quedaron ni poquitas ganas de aguantar a personas que no saben de lo que el amor y las relaciones tratan. Y tampoco es que no haya oportunidad conmigo, solamente tienes que ofrecerme un amor bonito, pero si me mientes, si me decepcionas, si me lastimas, si no le pones atención, automáticamente agarro mis cosas y me voy. No sé si eso sea sano o no, pero por lo menos ya no sufro por estúpido, y es que en serio, cuesta cero colones hacer bien las cosas, parece increíble que hoy en día las personas prefieran perderte en lugar de no fallarte. Por eso ya no tengo paciencia, ya me creí las suficientes mentiras, ya me enseñaron todos los pretextos, ya me vieron a los ojos diciéndome que no me iban a romperme e igual lo hicieron, y no sé si el corazón me aguante otra coincidencia o no, pero por si las dudas mejor de lejitos. Puede parecer que exijo mucho o que ya no creo en nadie, pero es mi manera de protegerme y de asegurarme que la próxima...