Ya te iba a olvidar pero recordé un par de cosas, por ejemplo esa luz tan bonita que nace en tus ojos cuando ríes a carcajadas, las madrugadas donde pasábamos hablando de puras tonterías y luego nos quedábamos en silencio abrazados escuchando sincronizados los latidos.
Ya te iba a olvidar pero de repente me dieron ganas de escribirte, de hablarte, de saber de ti, de averiguar si tú también tienes aunque sea un poco de curiosidad de volver a verme y hacernos brillar los ojos una vez más.
Ya te iba a olvidar pero es difícil cuando aún las canciones hablan de ti y los whiskys me siguen sabiendo a tu nombre, he intentado convencerme de que te he olvidado y lo único que consigo es un vacío en el pecho al que le urge que vuelvas.
Ya te iba a olvidar pero sin querer pasé por la calle donde nos conocimos, donde aún suenan tus pasos y huele a tu perfume, callan las orquestas de la rutina, donde la vida parece un poco más colorida y la soledad se convierte en una cosa sencilla y llevadera.
Ya te iba a olvidar pero no estoy tan seguro de querer hacerlo, porque a pesar de todo sigues estacionada en mis pensamientos, porque sigo creyendo que eres un trébol de cuatro hojas y que tus manos deberían estar aquí tomando a las mías para no escribir cosas como estas.
Ya te iba a olvidar pero mejor me aguanto, no vaya a ser que un día de estos regreses, nos despedimos de una manera decente tachando las noches que nos debemos, nos vestimos y nos vamos, o nos quedamos y ponemos agua para el café de esta y las noches que vengan.
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