Quizá ya me olvidaste, ya no tienes días malos, ya no mueres por llamarme, o por escuchar mi voz un par de segundos y colgar, ya no sientes nada al escuchar mi nombre, ya soy parte de ese cajón al que pusiste con cariño un letrero que dice en mayúsculas "pasado". Pero un día te va a salir esa canción, un día verás esas flores que me gustaba enviarte, un día pasarás por ese lugar y te acordarás de este loco que te quiso como nunca nadie. Y no sé, a lo mejor ese día me extrañes, me busques, o escribes, o vienes, o quizá sólo volteas al cielo, me deseas lo mejor donde quiera que yo esté y me dedicas un suspiro, ya sabes, por todos esos momentos donde pensamos que envejeceríamos de la mano. Quizá ya me olvidaste, quizá ya estás en paz, o a lo mejor, como yo, aún tienes encendida muy dentro en el corazón una pequeña esperanza de que volveremos a encontrarnos.
Hace ya algún tiempo que decidí estar solo, dejarme ya de tantas pendejadas y quitarme el miedo a la soledad, porque pues, en realidad no pasa nada si nadie llama o escribe, no pasa nada si tengo que esperar a que un buen amor llegue, no pasa nada si dedico el tiempo para mí. A veces pienso que le damos demasiada importancia al amor, o sea, sí está bien tener pareja, pero tampoco es lo único en la vida que vale la pena, y no me mal entiendas, soy un romántico de lo peor, pero ya me cansé de serlo con la persona equivocada. Y en este tiempo de soledad he aprendido que siempre habrá opciones, pero debemos tener el maldito de valor de decir que no a alguien que no llena nuestras expectativas, tener el valor de no conformarnos, tener el valor de no aceptar algo sólo porque nos gusta, o nos habla bonito, o cualquier otra borona de amor entre sus líneas. La mayoría de las personas complican el amor porque en realidad aceptaron algo que no les gustaba desde el inicio, algo que les daba dudas ...
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