Ir al contenido principal

Un texto más sin ti.

Puedo escribir tantas cosas esta noche, puedo describir tan a detalle en palabras cada sentimiento que llevo que me da algo de miedo hacerlo. Es una noche difícil, ya son varias seguidas. Pero aquí sigo, solo que hoy he pensado en ti, ya sabes, cuando se trata de escribir, eres la primera opción, la primera imagen y la mejor forma de desahogarme. No es que quiera, es que no puedo evitarlo. No me molesta, pero que no estés aquí es como un acto de tortura, escribirte, sabiendo que no me lees, quererte sabiendo que no me quieres, esperarte sabiendo que no vas a volver. Ese es el punto y el puto problema de esto. Hacer todo sin ti, deseando todo de ti y tú sin ganas de darme nada. Sigo presente, sigo vivo, algo así como tu recuerdo, como tu ausencia y los buenos momentos. Deberías de estar aquí, pero no estás, debería de olvidarte, pero no te olvido, aunque debería... 

La gente me lo dice seguido, pero que saben ellos que no sepa yo de ti, que sabes tú que no sepan ellos. Es la forma en que conectaba, la forma en que te hacía, que no logro hacer con nadie más. La vida me ha dado un buen golpe, uno muy fuerte que no esperaba. Lo he recibido, lo he aceptado, pero deberías de estar aquí, dándome esa caricia que haría todo más liviano, más fácil y más sencillo. 

No pasa nada, acostumbrado estoy a esto, a seguir sin ti, a escribir de ti y a luchar por mí. He sentido la soledad, la que dicen que es buena, no es verdad. Toda soledad se sufre, se siente un hueco que nadie quiere sentir. Un abrazo lo repone, una mirada, un beso en la frente podría hacer todo más sencillo. Lo sé porque tú lo hacías cuando estuviste. Así que no me digan que la soledad es buena, nos engañamos, nos decimos que sí, pero no. Todos necesitamos esas palabras, esos abrazos, esas manos que nos sostengan, que nos digan que todo estará bien. Todo es una farsa que llevamos en el alma y el corazón. 

Te anhelo, sí, ¿Qué mis letras no lo habían demostrado? 
Solo que ni esas ya son leídas por ti. 
La vida y sus formas de confundirme, de hacerme aprender. 


Comentarios

Entradas más populares de este blog

Un San Valentín cualquiera.

Hace ya algún tiempo que decidí estar solo, dejarme ya de tantas pendejadas y quitarme el miedo a la soledad, porque pues, en realidad no pasa nada si nadie llama o escribe, no pasa nada si tengo que esperar a que un buen amor llegue, no pasa nada si dedico el tiempo para mí. A veces pienso que le damos demasiada importancia al amor, o sea, sí está bien tener pareja, pero tampoco es lo único en la vida que vale la pena, y no me mal entiendas, soy un romántico de lo peor, pero ya me cansé de serlo con la persona equivocada. Y en este tiempo de soledad he aprendido que siempre habrá opciones, pero debemos tener el maldito de valor de decir que no a alguien que no llena nuestras expectativas, tener el valor de no conformarnos, tener el valor de no aceptar algo sólo porque nos gusta, o nos habla bonito, o cualquier otra borona de amor entre sus líneas. La mayoría de las personas complican el amor porque en realidad aceptaron algo que no les gustaba desde el inicio, algo que les daba dudas ...

Un para siempre.

Ya no le tengo miedo a quedarme solo, ya he perdido al amor de mi vida un par de veces y aquí sigo, no he dejado de creer pero cada vez el corazón se ha vuelto más frío, más duro y más sensato. No quiero decir que ya no me volveré a enamorar, porque más rápido cae un hablador que un cojo, pero sí puedo decirte que ya no quiero enamorarme de quien sea, ya no quiero más heridas, ni provocarlas; ya no quiero más coincidencias e intentos fallidos. Y ya sé que uno nunca sabe lo que va a pasar, al final el destino es un hijo de perra y cupido otro, pero a mí me gusta pensar que la próxima vez será la buena, la próxima vez ya nadie terminará con el corazón roto. Yo no le tengo miedo a quedarme solo, te lo juro, pero ya no confío tanto en las personas, ya no me emociono tan fácil, ya me morí varias veces en esto del amor, por eso ya sólo quiero cafecito caliente, tranquilidad y un para siempre que sí dure lo que promete.

Tropezar, caer y levantarse.

Supongo que todos hemos sido esa versión que nos hubiera encantado mejorar para alguien, o esa versión muy bonita que alguien no supo valorar ni cuidar. También hubiéramos podido equivocarnos menos, haber tomado mejores decisiones, cometer menos errores, dar menos oportunidades pero incluso de lo que sale mal vienen las mejores lecciones. A lo mejor van a haber disculpas que nunca llegaron o que nunca tuviste la oportunidad de dar, te vas a tener que quedar con algunos «quizá» y otros «hubiera» atrapados en el alma, vas a tener que soltar algunos para siempre y quedarte con futuros que sólo van a existir en los suspiros en medio de tantos atardeceres. Y no sé, creo que a veces simplemente no es el lugar o la persona, que no estamos listos o no están listos, que nos hace falta sanar o un poco mas de amor o tranquilidad o sólo es un mal momento de tu vida y en esos momentos todo está de cabeza. Supongo que al final todos seguimos mejorando, ya sabes, tropezando, cayendo y levantándo...