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Sien y locura.

Quisiera una lluvia sin final, 
que la eternidad de un invierno 
cubriera el sonido de lo insoportable 
que de pronto desapareciera 
este acompañante.
 
Desearía que se ahogara 
en la profundidad de un mar 
hecho de llanto inconsolable 
de aguas que no puedes beber 
de noches que no te dejan de descansar 
el silencio es un hogar 
y el ruido de lo eterno 
me parece un infierno 
que no permite respirar. 

Jamás había disparado una bala 
y menos he pensado en tocar una 
ni con mi sien, ni con mi locura 
a Van Gogh jamás lo pensé como loco, 
al contrario: fue un sujeto inteligente 
fue capaz de arrancarse una oreja 
y yo no puedo dejar de escucharle. 

Dicen que la locura 
es la cordura del idiota 
o lo que provee la sensatez 
de aquello que no tiene cura. 
También dicen 
que a palabras necias oídos sordos
pero cómo ignorar aquello 
que ni tiene nombre, ni tiene cura 
esta guerra no la hemos ganado 
ni tú-ni yo 
ni tú-sin mí: 
ya no eres. 











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Un San Valentín cualquiera.

Hace ya algún tiempo que decidí estar solo, dejarme ya de tantas pendejadas y quitarme el miedo a la soledad, porque pues, en realidad no pasa nada si nadie llama o escribe, no pasa nada si tengo que esperar a que un buen amor llegue, no pasa nada si dedico el tiempo para mí. A veces pienso que le damos demasiada importancia al amor, o sea, sí está bien tener pareja, pero tampoco es lo único en la vida que vale la pena, y no me mal entiendas, soy un romántico de lo peor, pero ya me cansé de serlo con la persona equivocada. Y en este tiempo de soledad he aprendido que siempre habrá opciones, pero debemos tener el maldito de valor de decir que no a alguien que no llena nuestras expectativas, tener el valor de no conformarnos, tener el valor de no aceptar algo sólo porque nos gusta, o nos habla bonito, o cualquier otra borona de amor entre sus líneas. La mayoría de las personas complican el amor porque en realidad aceptaron algo que no les gustaba desde el inicio, algo que les daba dudas ...

Un para siempre.

Ya no le tengo miedo a quedarme solo, ya he perdido al amor de mi vida un par de veces y aquí sigo, no he dejado de creer pero cada vez el corazón se ha vuelto más frío, más duro y más sensato. No quiero decir que ya no me volveré a enamorar, porque más rápido cae un hablador que un cojo, pero sí puedo decirte que ya no quiero enamorarme de quien sea, ya no quiero más heridas, ni provocarlas; ya no quiero más coincidencias e intentos fallidos. Y ya sé que uno nunca sabe lo que va a pasar, al final el destino es un hijo de perra y cupido otro, pero a mí me gusta pensar que la próxima vez será la buena, la próxima vez ya nadie terminará con el corazón roto. Yo no le tengo miedo a quedarme solo, te lo juro, pero ya no confío tanto en las personas, ya no me emociono tan fácil, ya me morí varias veces en esto del amor, por eso ya sólo quiero cafecito caliente, tranquilidad y un para siempre que sí dure lo que promete.

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