Hace tiempo que no hablamos, de hecho creo que ninguno de los dos sabe ya del otro, y creo también que es lo más sano y lo que menos daño nos hace. Cuando nos conocimos seguro estallaron diez bombas en alguna parte, hubo tanta química que fue imposible volver a separarnos desde entonces, esas noches, esas risas, ese todo era de no creerse, pero como en todas la historias, el final nos llegó. Quizá eras mi criptonita y yo quería tenerte cerca, a lo mejor eras gasolina y yo chispa, a lo mejor éramos demasiada locura juntos o solamente eras terca y orgullosa, y sin quererlo yo lo fui un poco más. No sé qué habrá pasado contigo, no sé qué estarás haciendo hoy, si aún me lees, ves la Luna o los atardeceres sin prisa, pero yo te mando cariño y espero que te esté yendo bien, porque a veces el amor también es aceptar que estar juntos ya no era lo mejor.
Hace ya algún tiempo que decidí estar solo, dejarme ya de tantas pendejadas y quitarme el miedo a la soledad, porque pues, en realidad no pasa nada si nadie llama o escribe, no pasa nada si tengo que esperar a que un buen amor llegue, no pasa nada si dedico el tiempo para mí. A veces pienso que le damos demasiada importancia al amor, o sea, sí está bien tener pareja, pero tampoco es lo único en la vida que vale la pena, y no me mal entiendas, soy un romántico de lo peor, pero ya me cansé de serlo con la persona equivocada. Y en este tiempo de soledad he aprendido que siempre habrá opciones, pero debemos tener el maldito de valor de decir que no a alguien que no llena nuestras expectativas, tener el valor de no conformarnos, tener el valor de no aceptar algo sólo porque nos gusta, o nos habla bonito, o cualquier otra borona de amor entre sus líneas. La mayoría de las personas complican el amor porque en realidad aceptaron algo que no les gustaba desde el inicio, algo que les daba dudas ...
Comentarios
Publicar un comentario