Ir al contenido principal

La gran tristeza.

Si no he de morir de humo
ni de alcohol
he de morir de ti
a una manera más lenta
esa que duele al extrañarte
al no sentirte en las noches
ni en las mañanas de lunes
esa muerte en vida
que me orilla a reestablecer mis rutinas
con base en tu ausencia
ya no habrá quejas por las alarmas
ni llamadas para saber si estoy bien
pero mujer:
cómo se puede estar sin ti
no es la muerte biológica
la que preocupa
es aquella que te desprende
del mundo
y te aferra a las sábanas
para no salir de la cama
no sé que le debo a la vida
porque con nuestro fin
creo haberle pagado todas
sin embargo no es suficiente
la vida sigue doliendo
y todavía más sin ti
ya ni siquiera el café me mantiene 
ni despierto ni con insomnio
lo que me tiene aquí 
es el método para ponerle fin
ya no es una muerte lenta
como la que se tiene con los vicios
ahora tú que lo eres todo
yo me abstengo de ti en la nada
y en esta abstinencia de nosotros
nada me parece tan doloroso
y todo es tan intolerable
como el vivir apenas a cuentagotas
sin ti que estás en cada centímetro de mí
ya ni siquiera me esfuerzo
en buscar refugio en otros brazos
en otros vicios
en otros horarios
ahora ningún sitio es suficiente
ni siquiera para estar
el problema de este dolor
es que se parece a otros tantos
y se siente demasiado
que en algún momento llega a entristecerme
esta imposibilidad de llorarte
por tanto sentimiento de extrañarte
he de renovar mis hábitos 
y espero no se me haga costumbre 
habitar en el dolor de no poder escuchar tu risa
o en los reclamos de este instante:
debí besarte más, 
abrazarte más
querido más, 
amarte más
tuve que soltarme de ti
sólo para ver
si realmente te quiero tanto
como creía
lamentablemente sí
¿y ahora qué hago 
si no sé vivirme sin ti?




Comentarios

Entradas más populares de este blog

Un San Valentín cualquiera.

Hace ya algún tiempo que decidí estar solo, dejarme ya de tantas pendejadas y quitarme el miedo a la soledad, porque pues, en realidad no pasa nada si nadie llama o escribe, no pasa nada si tengo que esperar a que un buen amor llegue, no pasa nada si dedico el tiempo para mí. A veces pienso que le damos demasiada importancia al amor, o sea, sí está bien tener pareja, pero tampoco es lo único en la vida que vale la pena, y no me mal entiendas, soy un romántico de lo peor, pero ya me cansé de serlo con la persona equivocada. Y en este tiempo de soledad he aprendido que siempre habrá opciones, pero debemos tener el maldito de valor de decir que no a alguien que no llena nuestras expectativas, tener el valor de no conformarnos, tener el valor de no aceptar algo sólo porque nos gusta, o nos habla bonito, o cualquier otra borona de amor entre sus líneas. La mayoría de las personas complican el amor porque en realidad aceptaron algo que no les gustaba desde el inicio, algo que les daba dudas ...

Un para siempre.

Ya no le tengo miedo a quedarme solo, ya he perdido al amor de mi vida un par de veces y aquí sigo, no he dejado de creer pero cada vez el corazón se ha vuelto más frío, más duro y más sensato. No quiero decir que ya no me volveré a enamorar, porque más rápido cae un hablador que un cojo, pero sí puedo decirte que ya no quiero enamorarme de quien sea, ya no quiero más heridas, ni provocarlas; ya no quiero más coincidencias e intentos fallidos. Y ya sé que uno nunca sabe lo que va a pasar, al final el destino es un hijo de perra y cupido otro, pero a mí me gusta pensar que la próxima vez será la buena, la próxima vez ya nadie terminará con el corazón roto. Yo no le tengo miedo a quedarme solo, te lo juro, pero ya no confío tanto en las personas, ya no me emociono tan fácil, ya me morí varias veces en esto del amor, por eso ya sólo quiero cafecito caliente, tranquilidad y un para siempre que sí dure lo que promete.

Tropezar, caer y levantarse.

Supongo que todos hemos sido esa versión que nos hubiera encantado mejorar para alguien, o esa versión muy bonita que alguien no supo valorar ni cuidar. También hubiéramos podido equivocarnos menos, haber tomado mejores decisiones, cometer menos errores, dar menos oportunidades pero incluso de lo que sale mal vienen las mejores lecciones. A lo mejor van a haber disculpas que nunca llegaron o que nunca tuviste la oportunidad de dar, te vas a tener que quedar con algunos «quizá» y otros «hubiera» atrapados en el alma, vas a tener que soltar algunos para siempre y quedarte con futuros que sólo van a existir en los suspiros en medio de tantos atardeceres. Y no sé, creo que a veces simplemente no es el lugar o la persona, que no estamos listos o no están listos, que nos hace falta sanar o un poco mas de amor o tranquilidad o sólo es un mal momento de tu vida y en esos momentos todo está de cabeza. Supongo que al final todos seguimos mejorando, ya sabes, tropezando, cayendo y levantándo...