Ir al contenido principal

Bucle de emociones.

Una vez tuve uno de esos amores que van y vienen. Tú los debes conocer muy bien. Esos mismos que cuando llegan lo hacen con todo y maleta. Desempacan sus sueños, sus miedos, sus costumbres, sus malos hábitos como ese de desvelarse. ¿Qué hace uno desvelándose por alguien más cuando comparte la misma cama? No sé pero ésa era una de sus malas mañas.

Como te decía, yo también tuve uno de esos amores que cuando se van, se llevan hasta los tenedores. Que al inicio de su partida te das cuenta que de nada sirven porque ni hambre te da. Al contrario. Te quieres comer a ti mismo para que la ansiedad post ruptura no tenga nada qué devorar y así muera de hambre. Pero el que muere no es el apetito, sino uno mismo en ese bucle de emociones.

Y qué coraje da recordar esos amores cuando la cicatriz todavía duele. Todavía con tal cinismo hasta uno suspira, y dice: ¿En qué estaba pensando cuando me dejé ir como persona en tobogán. Y sí, dije persona y no gorda o gordo porque aquí no juzgamos al amor con el aspecto físico. Porque así es el amor, o así son esos amores: No discriminan y son hasta traidores.

Pero también son traidores en el otro sentido de la palabra: Traen problemas, traen insomnio, traen ganas de querer dormir y al mismo tiempo, traen un montón de ganas de coger. Pero solamente con quien se le antoja, porque uno sólo está para llenar esos vacíos que ni el mejor sexo se los ha de proporcionar.

Porque el complejo de héroe no permite ver más allá que quien necesita ser rescatado es uno mismo. El complejo de héroe romantiza ese acto de entregarse al otro como si nuestro amor fuera a reparar todas sus heridas. Pero no las repara ni para el otro, todo se va por la borda. Porque bueno, aunque muchos andan ahí diciendo que el amor propio repara todo, es cierto.

Pero, ¿cómo puede sentir amor propio una persona que se ha abandonado al amor del otro?

No ande ahí diciendo a la ligera que el amor propio todo lo vence. Porque a veces, en este bucle de emociones provocados por uno de esos amores que van y vienen, lo que se vence son las ganas de derrotar al héroe que en ocasiones, más que rescatarnos, nos lleva a entregarnos a nuestros peores enemigos: las soledades sin atender y sin entender.



Comentarios

Entradas más populares de este blog

Un San Valentín cualquiera.

Hace ya algún tiempo que decidí estar solo, dejarme ya de tantas pendejadas y quitarme el miedo a la soledad, porque pues, en realidad no pasa nada si nadie llama o escribe, no pasa nada si tengo que esperar a que un buen amor llegue, no pasa nada si dedico el tiempo para mí. A veces pienso que le damos demasiada importancia al amor, o sea, sí está bien tener pareja, pero tampoco es lo único en la vida que vale la pena, y no me mal entiendas, soy un romántico de lo peor, pero ya me cansé de serlo con la persona equivocada. Y en este tiempo de soledad he aprendido que siempre habrá opciones, pero debemos tener el maldito de valor de decir que no a alguien que no llena nuestras expectativas, tener el valor de no conformarnos, tener el valor de no aceptar algo sólo porque nos gusta, o nos habla bonito, o cualquier otra borona de amor entre sus líneas. La mayoría de las personas complican el amor porque en realidad aceptaron algo que no les gustaba desde el inicio, algo que les daba dudas ...

Un para siempre.

Ya no le tengo miedo a quedarme solo, ya he perdido al amor de mi vida un par de veces y aquí sigo, no he dejado de creer pero cada vez el corazón se ha vuelto más frío, más duro y más sensato. No quiero decir que ya no me volveré a enamorar, porque más rápido cae un hablador que un cojo, pero sí puedo decirte que ya no quiero enamorarme de quien sea, ya no quiero más heridas, ni provocarlas; ya no quiero más coincidencias e intentos fallidos. Y ya sé que uno nunca sabe lo que va a pasar, al final el destino es un hijo de perra y cupido otro, pero a mí me gusta pensar que la próxima vez será la buena, la próxima vez ya nadie terminará con el corazón roto. Yo no le tengo miedo a quedarme solo, te lo juro, pero ya no confío tanto en las personas, ya no me emociono tan fácil, ya me morí varias veces en esto del amor, por eso ya sólo quiero cafecito caliente, tranquilidad y un para siempre que sí dure lo que promete.

Tropezar, caer y levantarse.

Supongo que todos hemos sido esa versión que nos hubiera encantado mejorar para alguien, o esa versión muy bonita que alguien no supo valorar ni cuidar. También hubiéramos podido equivocarnos menos, haber tomado mejores decisiones, cometer menos errores, dar menos oportunidades pero incluso de lo que sale mal vienen las mejores lecciones. A lo mejor van a haber disculpas que nunca llegaron o que nunca tuviste la oportunidad de dar, te vas a tener que quedar con algunos «quizá» y otros «hubiera» atrapados en el alma, vas a tener que soltar algunos para siempre y quedarte con futuros que sólo van a existir en los suspiros en medio de tantos atardeceres. Y no sé, creo que a veces simplemente no es el lugar o la persona, que no estamos listos o no están listos, que nos hace falta sanar o un poco mas de amor o tranquilidad o sólo es un mal momento de tu vida y en esos momentos todo está de cabeza. Supongo que al final todos seguimos mejorando, ya sabes, tropezando, cayendo y levantándo...