Hay emociones que sofocan
que asfixian
que roban la paz
por la que tanto has trabajado
te duelen personas que se alejaron
por voluntad propia
algunas que creíste superar
otras que se adelantaron en el camino
aparece un nudo en la garganta
de una cuerda invisible
pero que duele en el cuello
y te hace llorar hasta el cansancio
hay emociones que reviven
y te provocan un dolor insensato
te llenas de dudas y te preguntas
si alguna vez fuiste suficiente
te duelen los fantasmas del pasado
y las personas que dejaste ir
de pronto laten de nuevo
mientras tú solo te preguntas
por cuánto tiempo…
¿estarán aquí?
por cuánto tiempo
y, ¿volverán a doler tanto como el día que se fueron?
buscas respuestas a preguntas
que nadie puede responder
buscas ahogar esta emoción
y tú de rodillas solo pides un milagro
y tú
ni crees en ellos
ni crees en ti
ni crees en nadie.
A veces solo te queda esperar
llorar, y dejar que la emoción salga
a veces en forma de lágrimas
a veces en forma de letras.
A veces llorar es la respuesta
a todas las preguntas, a los miedos...
que nadie puede contestar que solo tú puedes callar.
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