Ando buscando una excusa un simple motivo para recordarte y sentarme a escribirte.
Una sonrisa quizá bastaría.
Y un guiño sobrepasaría lo que te ruego.
Tu mirada huele a almendras
y esa boca seguramente sabe a fresas
quisiera probar tus hombros
y saber si la miel brota de tus pechos.
Dame sólo una excusa para escribirte un poema.
Es que no quiero olvidarte nunca.
Y quiero recordarte cada noche
e imaginar cómo se siente tu piel.
Tus manos se sienten tan suaves
o soy yo el que se reconoce su existencia
cuando suspiras mi nombre
a sabiendas del temblor que me provocas.
Fantaseé mil veces en preguntar tu nombre
hoy te quiero inventar uno
así como una vida y una excusa
para sacar estas ganas que saben a ti.
Era invierno en ese lugar
y contigo llegaba la noche
y contigo regresaba el amor
y juntos amanecemos mejor.
Anduve buscando una excusa
para inventarme un poema.
Y terminó siendo la excusa perfecta
para enamorarme de una idea.
La idea... del nombre más bonito del mundo.
Comentarios
Publicar un comentario