Te quise olvidar suspirando un millón de veces.
Sentía que me ahogaba pero solo eran las ganas de volverte a ver.
Te extrañé cada noche y cada mañana.
Sentía que te quería pero solo eran espasmos tras la lluvia.
Hoy ya no extraño tu boca ni tus besos sabor a miel.
Hoy solo me sobran las ganas de pensarte hasta que se me olvide tu nombre.
Ganas de hacerte el amor no me faltan, esas las tengo bien acumuladas.
Lo que hoy me sobra es indiferencia a estos recuerdos tuyos.
Y el sillón sigue en el mismo lugar y nuestras fotos aún hablan de ti.
Lo increíble de amarte tanto es la misma ncesidad de odiarte tanto.
Como si todo este dolor que provoca tu ausencia no fuera suficiente como para escribirte.
Te quise olvidar suspirando un millón de veces
pero lo único que conseguí fue dolerte más y amarte menos.
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