Personas mueren todos los días
por un dolor insaciable
o por una ausencia que parece eterna.
Algunos de tristeza, otros de angustia
o de alguna enfermedad poco conocida.
En sus últimos días piensan sobre los hubiera
y es ahí donde estos existen.
Buscándole diagnóstico
encontré el nombre de esta enfermedad
y decidí ponerle tu nombre.
Y aunque jamás he estado cerca de la muerte estoy seguro que besarte
fue el mejor atentado contra mí.
Quizá este dolor no sea eterno
pues entre todos los males
como la distancia
la espera
y el tiempo
está la cura
entre tus dedos.
Regresa, por favor regresa.
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