Me pregunto cuántas son las noches que te he escrito desde el vacío que me provocas.
Te anhelo con tanto deseo y a la vez, me resisto tanto a ti. Hasta la fecha termino cediendo ante tu sabor y aroma y hoy, al percibirte de nuevo, te recuerdo como la primera vez.
Quién sabe qué vacío intenté llenar en aquel entonces con tu presencia. Solo sé que al día de hoy no sé vivir contigo ni sin ti.
Te he dejado ir por un par de años, a veces unos cuantos meses, otros unos cuantos días. Y hoy sé que el problema no eres tú.
Soy yo el que te elige siempre.
El que escoge volver a caer. Volver a llorar. El que se vuelve a levantar.
Soy yo el que te deja siempre. El que siempre te deja. El que siempre vuelve a caer ante ti.
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