No te voy a decir que después de ti no habrá quien me cause esa emoción en el pecho, menos que nunca conoceré a otra con ese saborcito rico de tu piel canelita y esos ojazos que siempre brillan. Seguramente vendrá otra a la que le hablaré de ti, le mostraré mis heridas y la invitaré a pasar a tomar algo calientito, no sin antes advertirle que dejaste la línea y las expectativas sumamente altas y que ya han habido otras que lo han intentado sin tener suerte. Y supongo que tú encontrarás a un buen muchacho que te acompañará en tus crisis de ansiedad, carcajadas y aventuras, incluso figurará sorpresivamente en esos viajes que planeabas hacer sola, subirás fotos con él dándole la vuelta al mundo y bailarás esas canciones de dos que siempre quisiste, y al
fin, bailarás con alguien que no tenga dos pies izquierdos. Y de nosotros sólo quedarán esas peleas en la ducha echándonos shampoo, las baladas en el carro cantando a todo volumen, el helado de pistacho y el capuchino de Spoon con chocolate en el centro, las risas después de una buena conversación en la madrugada, las noches hablando de nuestros miedos y las tardes de no hacer nada engordando juntos, tus vestidos de flores, mis poemas y esta despedida que estoy seguro ninguno de los dos quería.
Comentarios
Publicar un comentario