No sé tú, pero los bailes en la sala no se le dan a Cualquiera, esos besos que le caben a tu frente quiero contarlos siempre yo, escuchar las canciones de jazz que hay en tu risa y darle en repetir a cada momento, mirarte como quien sabe que tiene a la mujer de su vida enfrente y no tiene ni un gramo de dudas. Y que te pongas roja cada que te diga que estás bonita, y no querer soltar tu mano al caminar, y abrazarte los miedos, y que elimines los míos, y que los días se pasen rápido para volver a vernos y acelerarnos los latidos otra vez. No sé tú, pero ojalá ese deseo que pides cuando aprietas fuerte los ojitos se te cumpla, porque a lo mejor pedíamos lo mismo, y de pura casualidad el mío se cumplió cuando llegaste y ya no quisiste soltarme.
Hace ya algún tiempo que decidí estar solo, dejarme ya de tantas pendejadas y quitarme el miedo a la soledad, porque pues, en realidad no pasa nada si nadie llama o escribe, no pasa nada si tengo que esperar a que un buen amor llegue, no pasa nada si dedico el tiempo para mí. A veces pienso que le damos demasiada importancia al amor, o sea, sí está bien tener pareja, pero tampoco es lo único en la vida que vale la pena, y no me mal entiendas, soy un romántico de lo peor, pero ya me cansé de serlo con la persona equivocada. Y en este tiempo de soledad he aprendido que siempre habrá opciones, pero debemos tener el maldito de valor de decir que no a alguien que no llena nuestras expectativas, tener el valor de no conformarnos, tener el valor de no aceptar algo sólo porque nos gusta, o nos habla bonito, o cualquier otra borona de amor entre sus líneas. La mayoría de las personas complican el amor porque en realidad aceptaron algo que no les gustaba desde el inicio, algo que les daba dudas ...
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