Ir al contenido principal

Qué bonita cuando llueves.

Qué bonita eres cuando llueves, cuando te haces la valiente y botas todo lo que ya no sirve aunque eso te ponga un poquito triste, porque lo que te rompe, lo que te daña y lo que te apaga ya no tiene espacio en tus días, qué bonita cuando dejas de hacerte la fuerte, te abrazas, te haces bolita en la cama y a la mañana siguiente, a las dos días o a la próxima semana le das pa'lante como siempre. 

Qué bonita eres cuando le dices que no a esos amores que no están del tamaño de tu alma, cuando te niegas a hacerte pequeñita con tal de encajar en unos brazos, qué bonita cuando no te permites estar al lado de alguien que no te hace sentir un universo en los pensamientos y también entre las piernas, porque tú estás para una vida enterita y no para ratos. 

Qué bonita eres cuando no tienes miedo de ser tú misma, cuando ríes fuerte, cuando comes lo que te gusta aunque después el espejo haga de las suyas, cuando haces lo que amas y persigues tus sueños, cuando te vistes como te da la gana combine o no, qué bonita cuando dejas que esa locura ande suelta, te pones tu vestido favorito y sales a brillar el corazón. 

Qué bonita cuando llueves, cuando no salen las sonrisas ni los planes por más que lo intentas, cuando la soledad jode y todos se preguntan qué le ha pasado a la chica de la sonrisa eterna, qué bonita cuando te marchitas y llueves y te cantas y te cuidas y te chineas para volverte a florecer tú solita. 




Comentarios

Entradas más populares de este blog

Un San Valentín cualquiera.

Hace ya algún tiempo que decidí estar solo, dejarme ya de tantas pendejadas y quitarme el miedo a la soledad, porque pues, en realidad no pasa nada si nadie llama o escribe, no pasa nada si tengo que esperar a que un buen amor llegue, no pasa nada si dedico el tiempo para mí. A veces pienso que le damos demasiada importancia al amor, o sea, sí está bien tener pareja, pero tampoco es lo único en la vida que vale la pena, y no me mal entiendas, soy un romántico de lo peor, pero ya me cansé de serlo con la persona equivocada. Y en este tiempo de soledad he aprendido que siempre habrá opciones, pero debemos tener el maldito de valor de decir que no a alguien que no llena nuestras expectativas, tener el valor de no conformarnos, tener el valor de no aceptar algo sólo porque nos gusta, o nos habla bonito, o cualquier otra borona de amor entre sus líneas. La mayoría de las personas complican el amor porque en realidad aceptaron algo que no les gustaba desde el inicio, algo que les daba dudas ...

Un para siempre.

Ya no le tengo miedo a quedarme solo, ya he perdido al amor de mi vida un par de veces y aquí sigo, no he dejado de creer pero cada vez el corazón se ha vuelto más frío, más duro y más sensato. No quiero decir que ya no me volveré a enamorar, porque más rápido cae un hablador que un cojo, pero sí puedo decirte que ya no quiero enamorarme de quien sea, ya no quiero más heridas, ni provocarlas; ya no quiero más coincidencias e intentos fallidos. Y ya sé que uno nunca sabe lo que va a pasar, al final el destino es un hijo de perra y cupido otro, pero a mí me gusta pensar que la próxima vez será la buena, la próxima vez ya nadie terminará con el corazón roto. Yo no le tengo miedo a quedarme solo, te lo juro, pero ya no confío tanto en las personas, ya no me emociono tan fácil, ya me morí varias veces en esto del amor, por eso ya sólo quiero cafecito caliente, tranquilidad y un para siempre que sí dure lo que promete.

Tropezar, caer y levantarse.

Supongo que todos hemos sido esa versión que nos hubiera encantado mejorar para alguien, o esa versión muy bonita que alguien no supo valorar ni cuidar. También hubiéramos podido equivocarnos menos, haber tomado mejores decisiones, cometer menos errores, dar menos oportunidades pero incluso de lo que sale mal vienen las mejores lecciones. A lo mejor van a haber disculpas que nunca llegaron o que nunca tuviste la oportunidad de dar, te vas a tener que quedar con algunos «quizá» y otros «hubiera» atrapados en el alma, vas a tener que soltar algunos para siempre y quedarte con futuros que sólo van a existir en los suspiros en medio de tantos atardeceres. Y no sé, creo que a veces simplemente no es el lugar o la persona, que no estamos listos o no están listos, que nos hace falta sanar o un poco mas de amor o tranquilidad o sólo es un mal momento de tu vida y en esos momentos todo está de cabeza. Supongo que al final todos seguimos mejorando, ya sabes, tropezando, cayendo y levantándo...