Se coge con cualquiera.
Basta un poquito de calentura, un par de mensajes y te quitas las ganas.
Alcanzan un par de likes en las fotos, un par de reacciones a las historias.
Se coge con cualquiera.
No hace falta más que conseguir el WhatsApp y cuando el cuerpo pide, arreglar para verse.
No importa en que horario del día.
Casi nadie te dice que no, si le escribes para coger.
Ahora la intimidad es otro tema.
Compartir un café y unas cuantas horas de hablar tendido.
Abrazarse en el silencio cuando tienes un día de mierda.
Que le puedas contar tus miedos, tus sueños, que te conozca los gustos.
De eso no hay... Eso no sobra.
Por eso cada vez la gente coincide menos y coge más.
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