Ir al contenido principal

Sin dudas y sin remordimientos.

Hoy te recordé como nunca antes 
me hiciste sonreír 
y sin saberlo me enamoraste de nuevo, 
como esa vez cuando llegaste con flores 
y un montón de miedos 
pero no fueron más grandes 
que las ganas de querernos. 

Pasamos de ser desconocidos a grandes amigos,
amantes y un par de locos dispuestos a enamorarnos sin saber que sería de nosotros. 

Como todas las cosas, 
nosotros tambien llegamos a nuestro fin, 
hubo lágrimas y reencuentros, 
nos acostamos tantas veces queriendo volver 
pero solo regresamos al principio 
a donde estábamos destinados a ser. 

Me aprendí todos tus gustos de memoria 
tu café favorito, tus flores preferidas, las canciones que tanto te gustaban, 
y por ti aprendí a bailar sin temor al que dirán. 

Encontraste todos mis defectos 
e hiciste de ellos fortalezas 
que al día de hoy ningún demonio puede hacerme temblar. 

Ni siquiera tu ausencia me ha dolido tanto, 
te fuiste con la conciencia en paz, 
los dos asimilamos nuestra partida, 
y por tributo al amor que nos tenemos, 
decidimos dejarnos ir y hacer la vida 
el uno sin el otro. 

Aunque en el fondo te amo 
sin dudas y sin remordimientos. 
Aunque nuestra historia 
haya estado escrita 
y destinada a finalizar 
no me arrepentiría ni un segundo 
de volver a vivir esta historia entre tus dedos. 

Extraño los atardeceres, 
la forma en la que me observabas haciendo mis garabatos escribiendo canciones para ti, preparándote un café para despertarte con ese aroma de recién hecho. 

Y si regresara en el tiempo 
por ti cruzaría los mares 
conquistaría las montanas más altas. 
O buscaría tu sonrisa 
en el fondo del océano 
y te volvería a amar 
de la única forma en la que sé hacerlo: 
con un montón de cursilerías. 



Comentarios

Entradas más populares de este blog

Un San Valentín cualquiera.

Hace ya algún tiempo que decidí estar solo, dejarme ya de tantas pendejadas y quitarme el miedo a la soledad, porque pues, en realidad no pasa nada si nadie llama o escribe, no pasa nada si tengo que esperar a que un buen amor llegue, no pasa nada si dedico el tiempo para mí. A veces pienso que le damos demasiada importancia al amor, o sea, sí está bien tener pareja, pero tampoco es lo único en la vida que vale la pena, y no me mal entiendas, soy un romántico de lo peor, pero ya me cansé de serlo con la persona equivocada. Y en este tiempo de soledad he aprendido que siempre habrá opciones, pero debemos tener el maldito de valor de decir que no a alguien que no llena nuestras expectativas, tener el valor de no conformarnos, tener el valor de no aceptar algo sólo porque nos gusta, o nos habla bonito, o cualquier otra borona de amor entre sus líneas. La mayoría de las personas complican el amor porque en realidad aceptaron algo que no les gustaba desde el inicio, algo que les daba dudas ...

Un para siempre.

Ya no le tengo miedo a quedarme solo, ya he perdido al amor de mi vida un par de veces y aquí sigo, no he dejado de creer pero cada vez el corazón se ha vuelto más frío, más duro y más sensato. No quiero decir que ya no me volveré a enamorar, porque más rápido cae un hablador que un cojo, pero sí puedo decirte que ya no quiero enamorarme de quien sea, ya no quiero más heridas, ni provocarlas; ya no quiero más coincidencias e intentos fallidos. Y ya sé que uno nunca sabe lo que va a pasar, al final el destino es un hijo de perra y cupido otro, pero a mí me gusta pensar que la próxima vez será la buena, la próxima vez ya nadie terminará con el corazón roto. Yo no le tengo miedo a quedarme solo, te lo juro, pero ya no confío tanto en las personas, ya no me emociono tan fácil, ya me morí varias veces en esto del amor, por eso ya sólo quiero cafecito caliente, tranquilidad y un para siempre que sí dure lo que promete.

Tropezar, caer y levantarse.

Supongo que todos hemos sido esa versión que nos hubiera encantado mejorar para alguien, o esa versión muy bonita que alguien no supo valorar ni cuidar. También hubiéramos podido equivocarnos menos, haber tomado mejores decisiones, cometer menos errores, dar menos oportunidades pero incluso de lo que sale mal vienen las mejores lecciones. A lo mejor van a haber disculpas que nunca llegaron o que nunca tuviste la oportunidad de dar, te vas a tener que quedar con algunos «quizá» y otros «hubiera» atrapados en el alma, vas a tener que soltar algunos para siempre y quedarte con futuros que sólo van a existir en los suspiros en medio de tantos atardeceres. Y no sé, creo que a veces simplemente no es el lugar o la persona, que no estamos listos o no están listos, que nos hace falta sanar o un poco mas de amor o tranquilidad o sólo es un mal momento de tu vida y en esos momentos todo está de cabeza. Supongo que al final todos seguimos mejorando, ya sabes, tropezando, cayendo y levantándo...