Hoy estoy muy bien, gracias por preguntar.
Tienes una forma muy peculiar de regresar a mi vida. Despues de tantos (d)años tienes la cara para mandarme un mensaje y preguntarme cómo estoy. Me da un poco de coraje, porque a estas alturas me parece un descaro que preguntes como estoy, si despues de dejarte, es evidente que estoy mucho mejor.
Entiendo que te sientas con arrepentimiento y trates de enmendar tu error. Pero yo al fin estoy en mi proceso de entender cómo alguien que querías y que te quería puede traicionarte de tal manera.
Tampoco te indignes si soy cortante o si no respondo. Entiende que ya no eres mi prioridad. Ya no me desvelo esperando un mensaje, ni lloro por las noches preguntandome dónde estás. Hoy los desvelos son para entender por qué lo hiciste.
Hoy solo te pido espacio, que no me busques... Al menos no muy pronto. Estoy sanando y no quiero saber nada de ti. Dijeron que bloquearte de redes sociales era un acto de inmadurez, pero honestamente no lo es.
Después de tanto daño entendí que hacerlo es una manera de protegerme y de comenzar a establecer límites en las situaciones que me hacen daño. Aunque parezca algo muy simple, me da un alivio no saber de ti.
Hoy solo quiero estar conmigo y sanar mis heridas. Hoy quiero compartir tiempo con esos amigos de las que me alejaste.
Hoy estoy muy bien, gracias por preguntar.
Comentarios
Publicar un comentario