No voy a negar que al principio tuve miedo.
Miedo a que te aburrieras de mí, y que al mínimo segundo de haber iniciado la conversación inventaras una excusa para no seguir hablando.
Miedo a parecerte demasiado aburrido y que no vieras en mi nada interesante.
Miedo a que te terminaras yendo sin antes haberte tomado la oportunidad de conocerme.
Pero no fue así.
Todo fue distinto. Mostraste interés en mi y preguntaste por cosas que nadie antes había querido escuchar.
Cuando te conté de mis sueños, de mis planes, de mis metas, me hiciste entender que eras tú esa persona que tanto había estado esperando.
Pero lo mejor de ayer, sin duda alguna, fue escucharte hablar emocionada de cada una de las cosas que te hacían feliz.
Daría mi vida porque la felicidad nunca se fuera de tu lado.
Si tú me dieras una oportunidad, yo no te dejara ir.
Tengo claro que quiero arrugarme a tu lado.
Déjame ser el amor para tu vida.
Comentarios
Publicar un comentario