Ir al contenido principal

3:00 am

Hola, te escribo de nuevo a esta hora porque es el momento del día en el que todas mis heridas se ponen de acuerdo para doler. 

He tenido un insomnio permanente desde que te fuiste. He tratado de ocultarlo viendo películas, videos en internet o leyendo lo que publican en redes sociales... Pero nada funciona. Al final de todo sigues siendo tú. 

Le he mentido a un montón de personas cuando les digo que por fin te he superado. 

Me salen naturales las sonrisas y los chistes cuando les cuento las anécdotas que tuve contigo... Y de nueva forma les engaño diciendo que ya quedaste en el pasado. 

Es bonito que seas feliz, que continúes la vida. Que hayas podido salir adelante y que no sigas pensando en alguien que quiza para ti, ya dejó de ser relevante. 

Y entiendo. 

Las personas cambian a lo largo del tiempo. 

Maduran, mejoran su autoestima, aprenden la importancia de sanar y dejar ir. 

Ojalá pronto pueda hacer lo mismo. 

Mientras tanto aca se te sigue escribiendo un montón de anhelos. Ganas de volver a besarte no me faltan... 

Lo que me falta eres tú.

Ojala pronto pueda hablar de ti sin fingir que he olvidado tu nombre. 

Esa herida que se nunca cicatriza. 

Ese dolor que no se calma. 

Ese insomnio que solo tu boca calla. 

Esta hambre que solo es saciada con tus labios.

Necesito sanar esta ausencia que duele cada vez que regresas. 

Esa tristeza que va y viene como tú. 

Ese dolor que un día me promete amor... 

Y al otro solo hay dolor y desvelos. 

Necesito que te quedes o te vayas. 

Que te decidas si estas completa o a medias. 
Yo no tengo el valor de decirte adiós. 

Por lo menos ten la decencia de olvidarme. Porque las promesas si las cumplo yo. 

No hay amor mas eterno que aquel que permanece aunque las dolencias. 

Te amo por orgullo, por siempre y aunque otros nos separen. 

Posdata: Si lees esto, vuelve. Vuelve otra vez. 


Comentarios

Entradas más populares de este blog

Un San Valentín cualquiera.

Hace ya algún tiempo que decidí estar solo, dejarme ya de tantas pendejadas y quitarme el miedo a la soledad, porque pues, en realidad no pasa nada si nadie llama o escribe, no pasa nada si tengo que esperar a que un buen amor llegue, no pasa nada si dedico el tiempo para mí. A veces pienso que le damos demasiada importancia al amor, o sea, sí está bien tener pareja, pero tampoco es lo único en la vida que vale la pena, y no me mal entiendas, soy un romántico de lo peor, pero ya me cansé de serlo con la persona equivocada. Y en este tiempo de soledad he aprendido que siempre habrá opciones, pero debemos tener el maldito de valor de decir que no a alguien que no llena nuestras expectativas, tener el valor de no conformarnos, tener el valor de no aceptar algo sólo porque nos gusta, o nos habla bonito, o cualquier otra borona de amor entre sus líneas. La mayoría de las personas complican el amor porque en realidad aceptaron algo que no les gustaba desde el inicio, algo que les daba dudas ...

Un para siempre.

Ya no le tengo miedo a quedarme solo, ya he perdido al amor de mi vida un par de veces y aquí sigo, no he dejado de creer pero cada vez el corazón se ha vuelto más frío, más duro y más sensato. No quiero decir que ya no me volveré a enamorar, porque más rápido cae un hablador que un cojo, pero sí puedo decirte que ya no quiero enamorarme de quien sea, ya no quiero más heridas, ni provocarlas; ya no quiero más coincidencias e intentos fallidos. Y ya sé que uno nunca sabe lo que va a pasar, al final el destino es un hijo de perra y cupido otro, pero a mí me gusta pensar que la próxima vez será la buena, la próxima vez ya nadie terminará con el corazón roto. Yo no le tengo miedo a quedarme solo, te lo juro, pero ya no confío tanto en las personas, ya no me emociono tan fácil, ya me morí varias veces en esto del amor, por eso ya sólo quiero cafecito caliente, tranquilidad y un para siempre que sí dure lo que promete.

Tropezar, caer y levantarse.

Supongo que todos hemos sido esa versión que nos hubiera encantado mejorar para alguien, o esa versión muy bonita que alguien no supo valorar ni cuidar. También hubiéramos podido equivocarnos menos, haber tomado mejores decisiones, cometer menos errores, dar menos oportunidades pero incluso de lo que sale mal vienen las mejores lecciones. A lo mejor van a haber disculpas que nunca llegaron o que nunca tuviste la oportunidad de dar, te vas a tener que quedar con algunos «quizá» y otros «hubiera» atrapados en el alma, vas a tener que soltar algunos para siempre y quedarte con futuros que sólo van a existir en los suspiros en medio de tantos atardeceres. Y no sé, creo que a veces simplemente no es el lugar o la persona, que no estamos listos o no están listos, que nos hace falta sanar o un poco mas de amor o tranquilidad o sólo es un mal momento de tu vida y en esos momentos todo está de cabeza. Supongo que al final todos seguimos mejorando, ya sabes, tropezando, cayendo y levantándo...