Dolió saberte en otros brazos
aunque estuvieras feliz
y sin competencia
pensé en lo peor.
Que yo de tu vida no era
más que recuerdo
o refugio
dependiendo de la temporada
anhelo y despedida
o simplemente ya
nada
que de tus abrazos
jamás sabría de nuevo
que tu aroma
y mi gusto insaciable
permanecería en el
desdén de tu indiferencia
hasta que el destino
se dignara a demostrarte
que estamos deshechos
el uno sin el otro.
Dolió encontrarte
-pero más despedirnos-
-la respiración huyendo
-como tú de mí
-jamás un abrazo de aeropuerto
-fue tan importante
-como la primera vez
-que te vi
-después de tanto.
Las letras que se plasman aquí
no son solamente un anhelo
es tan solo un testigo
de los montones más que tengo
para demostrarte
que estoy dispuesto a seguir amándote
aunque me quede sin días.
Dolió
y mucho.
Te quise olvidar
pero no por desdén
ni por rencor.
Te quise olvidar
para demostrarme que sin ti
la poesía jamás será la misma
que los amaneceres sin ti
seguirán siendo eso.
Amaneceres.
Pero serán lo más semejante
al invierno
a la simulación de tu ausencia.
Que te vaya bonito
pensé.
Pero conmigo,
insinué.
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