Preciosa: Te has levantado de situaciones peores, esto también duele y está bien.
El dolor es el acto consecuente de vivir. Así como sentirse feliz, emocionado, extasiado, preocupado, angustiado o cualquier otra emoción, es parte de sentirse vivo.
Pero vamos al caso, ¿qué te duele el día de hoy? ¿Es arrepentimiento? ¿Es preocupación? ¿Es dolor por algo del pasado? Quizá sea momento de comenzar a analizar las razones de esa emoción y enfrentarlas.
Quizá no hayas notado que evadirlas no sirve de mucho. De hecho, solo hace más grande el problema cuando lo ignoras.
Entonces si la estrategia de omitir y no hacer nada no te ha funcionado, ¿qué te parece un cambio?
Da pasos pequeños y no te presiones ni te exijas demasiado. Llévalo poco a poco. Y conforme veas pequeños cambios, notarás una mejoría. Comienza con los actos de amor básicos: No te pongas adjetivos negativos y comienza a acariciar tus virtudes y esos mal llamados defectos que no son cosas que por ahora no nos gustan.
Solo contempla que todo lo que eres te hace un ser especial. Y te repito: ¡Deja de juzgarte! Mejor di cosas bonitas para ti. Recuerda tu propósito.
Comentarios
Publicar un comentario