El sonido de los pies sobre la tierra se ha convertido en una forma de expresión, en ocasiones cada paso viene a representar palabras de una oración, letras de una canción, gemidos de un clamor. Caminar me permite alejarme de todo y experimentar la soledad que a veces es tan necesaria, ahí puedo encontrarme conmigo mismo y con Dios.
Más que un ejercicio caminar se ha convertido en un lenguaje, una manera nueva de comunicarme con Dios y un canal para que Él se comunique conmigo. Ya han sido cientos horas y kilómetros practicando esta nueva forma de comunicación. A veces en lugares de mucha necesidad.
La soledad de esas largas caminatas me permite escuchar con más claridad la voz de Dios, han sido muchas las ocasiones en las que he sentido su Amor y he escuchado su voz a través de la creación diciéndome que todo lo creó para llamar mi atención, para conquistarme, para alegrar mi corazón.
Con el paso de los años me he dado cuenta que estos tiempos han hecho que para mí, Dios se vuelva más real, más cercano, más natural, deja de ser solo un concepto y se convierte en mi amigo, en mi compañero.
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