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Mostrando las entradas de diciembre, 2020

Con los años.

Con los años; 31 años para ser exacto. Para algunos muchos, para otros pocos. Para mí, los suficientes como para recibir algunas lecciones de este transitar llamado vida.  Con los años aprendí que el primer beso, no es el que damos por primera vez en nuestras vidas. Primer beso es aquel que te hace estrenar sentimientos, que te hace viajar a un mundo paralelo mientras cierras los ojos. Me di cuenta que a una misma persona la puedes besar por primera vez muchas veces.  Con los años entendí que además los besos más profundos y las caricias más hermosas se producen en el silencio de dos miradas que se entienden sin palabras, sin gestos, muchas veces a la distancia, pero que  son capaces de  compenetrarse hasta el punto de provocar sonrisas que se graban en la memoria.  Con los años le di más valor a los abrazos, por que estos nunca estarán de más, pero vaya que los puedes extrañar. También, me di cuenta de que esos besos en la frente pueden cargar más amor qué hora...

Y una sonrisa especial.

Lo tengo que admitir,  cada día se  me hace más difícil hacer amigos, estar conmigo es tan tranquilo,  que  ya no me quedan ganas de hacer  vida social,  algunos dirán que he cambiado para mal,  pero la verdad prefiero quedarme con mi paz.  Me quedo conmigo,  me quedo con mi copa de vino en mis noches de soledad, me quedo con mis ojeras oscuras y las batallas duras que he tenido que enfrentar.  Me quedo con las agujas del reloj que de vez en cuando disminuyen el dolor, con mis errores, con lo que he vivido y lo que vendrá, me quedo con mi valentía y una sonrisa especial.  Quiero confesar que ya  no le doy importancia a ciertas cosas, que mi vida está mas llena de soledad que de personas.  Que soy un poco impaciente, y que sigo creyendo en la gente.  Que puedo estar destruido por dentro, pero voy por  el mundo sonriendo.  Hoy es una de esas noches en las que las horas tardan en pasar; de esas noches en las qu...