Yo puedo ser ese amante tierno y cariñoso
fiel y atento, ese que sólo tenga ojos
para ti. Ese que te mande flores, chocolates
y te escriba versos por las noches.
Pero también puedo ser ese amante perverso
que te búsque sólo para sexo, ese al que no le importen los modales, los detalles y sólo piense
en arrancarte la ropa y estar sobre tu cuerpo
volviéndote loca de placer.
Si puedo ser tan cariñoso de mandarte un "buenos días" todas las mañanas, ese que te bese la mejilla, la frente y juegue con tu nariz.
Pero también ese cabrón que muerda tus pechos,
que recorra tu cuerpo, que te acaricie toda y juegue con tu cuerpo hasta hacerte humedecer.
Yo puedo ser ese cabrón enamorado que te haga
el amor, con caricias tiernas, con besos que toquen el alma, con orgasmos que te hagan sentir en el cielo.
Pero también ese cabrón que te coja sin piedad que se aferre a tu pelo, a tus nalgas y embista con fuerza hasta hacerte gritar, ese que te haga acabar, sí; acabar empapada de orgasmos y con los ojos en blanco.
Así es yo puedo ser lo que tu quieras el amor de tu vida, ese que se desviva por ti, que te pregunte “¿cómo estas?, ¿ya comiste?“; todas esas cosas tiernas que el amor nos hace hablar.
Pero también ese perverso que se olvide de ti y que te búsque cuando quiera saciar sus ganas y su mensaje sea "vamos a coger".
Ese que ni siquiera se preocupe por saber si estás
bien también y que sólo lo mueva el deseo y las
ganas de sexo, las ganas de piel, ese de la noches
locas, salvajes, de lujuria llena de fantasías atrevidas y al llegar el nuevo día, solo desaparecer.
Si yo puedo, ser lo que tú busques lo que
tú quieras, lo que tus sentimientos pida,
lo que tu cuerpo ansíe, yo puedo ser tu amante
perverso el de sólo sexo, o el tierno enamorado
que parezca encantado, por ti.
¿Que quieres que sea?
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