Hoy por fin dejé de revisar el celular
esperando una llamada tuya,
deje de ver tus estados de WhatsApp
y ya no me dieron ganas de escribirte
cuando te ví en línea,
deje de seguirte en Instagram y en facebook,
cambié tú nombre de mis contactos
otra vez con tu nombre y apellido,
deje de fumar los quince cigarrillos diarios
por las ansías de saber de ti,
este fin de semana no salí a beber
ni llene la refri con cervezas,
tampoco amanecí en casa de una desconocida
y ninguna desconocida amaneció en mi cama,
tiré la caja con las cosas que olvidaste;
muchas veces pensé en llevártelas
con el pretexto de verte,
pero siendo honesto nunca me atreví.
La casa por fin está limpia
no huele a licor ni a sexo
no hay ceniza tirada,
la vecina ya no viene a callarme
por el volúmen de la música de madrugada,
les pedí perdón a mis amigos
por los días de abandono,
desempolve mi vieja batería
y volví a tocar,
saque esa libreta vieja
y volví a escribir.
Me intoxique
para desintoxicarme de ti,
casi me acabo los pulmones y el hígado
pero lo logré,
mis manos perdieron la figura de tu cuerpo,
mis pies olvidaron el camino a tu casa,
mi voz dejo de pronunciar tu nombre.
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