Ella me volvía loco, literalmente.
Un día era fría y otro caliente.
Un día me ignoraba y al siguiente me buscaba.
Un día parecía odiarme y al otro decía que me extrañaba.
¿Quién demonios Ia entendía?
Era por eso que evitaba encariñarme con la gente; para ser más específico con las mujeres. Entraban en tu vida y revolvían todo.
Tus pensamientos, sentimientos, emociones, TODO.
Y ella...
Suspiré.
Ella me encantaba.
Podía tener mi cabeza hecha un desastre,
pero aun así sentía como si,
al estar a su lado,
todo estuviera en su lugar.
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