Oye, quería ver si podías hacerme un espacio para tomarnos un café, esta noche estaría bien, y si no puedes mañana, y si no puedes el fin, y si no puedes la siguiente semana, tú dime. Y después de ese, invitarte otro, y luego otro, y luego otro, podemos recorrer todas las cafeterias de la ciudad, y si quieres, hasta podemos tomar la carretera e ir a otras para no repetir. Bueno, la verdad es que el café es un vil pretexto, lo que a mí me gustaría es invitarte una vida, unos cuarenta o cincuenta años de felicidad, abrazos y cuidados según mis cálculos. Pero tranquila, no quiero asustarte, esto sigue siendo una amable invitación para un café, tal vez luego una cerveza, o un par de copas de vino, una noche estrellada y algunas otras noches de quedarnos en casa sin hacer nada. Adoptamos un perro. un gato o un oso panda quizá, nos mudamos a un pequeño apartamento o nos vamos a las afueras, como tú gustes. Yo no tendría problema por nada si cada mañana despierto con la posibilidad de abrazarte y preguntarte si te apetece el desayuno en la cama.
Bueno, ¿quieres ir a tomar un cafecito o no?
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