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Mostrando las entradas de junio, 2022

Fuiste cura para un insomnio.

Siempre quise ser tu amor a la mañana siguiente  y después del insomnio que se acurrucó en tu pecho  Siempre quise despertarte con el aroma del café  que se confunda con el olor a tierra mojada y la parte fría de la almohada. Siempre quise susurrarte al oído  lo bonita que es tu espalda y ver sonreír tu boca al despertar para que opaque cualquier amanecer.  No es por nada pero te prefiero más  que el café recién hecho por la mañana  en un sábado con lluvia y eso ya es mucho decir.  Siempre quise terminar de contar tus lunares  apuesto que eran más  de las que pudieron recorrer mis labios en un par de noches.  Aún extraño que mis dedos jueguen  con tu cabello negro  que se deslicen entre tus pecas  hasta caer en tus hombros.  Hay anhelos  que siempre seguirán existiendo aunque se cumplan aunque se sueñe despierto con ellos.  En tu mirada siempre encontré la fuerza que necesité en momentos de tristeza...

Miedos y confesiones.

Tuve tanto miedo de ti porque de tan solo pensar  en la posibilidad de estar lejos  me provocaba angustia esa que duele hasta el alma que oprime el pecho sin tocar angustia de aquellas que da al imaginar: no volver a besarte como antes, no poder sentirte, no volver a escribirte.  Es complejo retomar rutinas y más aún: escribirte unas cuantas líneas.  No es falta de amor al contrario: yo tan solo te veo y sonrío.  Y tampoco es que te quiera a mi manera solo es que el tiempo habla por sí solo  cuando estamos y me encuentro en la irreverente excusa de callar cuánto te quiero porque pienso que el tiempo es lo suficientemente lento cuando se trata de volverte a ver y lo necesariamente rápido para dormir junto a ti. No me gusta conservar el anonimato ni mantenerme entre tus silencios yo sé que me quieres y yo sé que te quiero pero… Si el querer es poder: ¿Crees poder tolerar el paso del tiempo, el paso de las noches y de los días sin compartirnos un beso? ¿Cuánta...

Piensa en mí.

Piensa en mí  como solías hacerlo como solías decirlo  como solías quererme  sin accidentes, sin arrebatos. Piensa en mí cada vez que veas la luna llena  cada vez que llueva  cada vez que un atardecer inunde tu mirada  cada vez que un buen amanecer te recuerde cuan hermosa eres.  Piensa en mí en silencio  con graves y agudos en el corazón,  piensa en mí como aquel reloj  que nunca se detiene  Piensa en mí cuando pases por aquel lugar,  cuando recuerdes aquella canción, cuando percibas aquel aroma, Piensa en mí en tus oraciones,  piensa en mí cuando no logres dormir cuando tu día haya sido gris,  cuando no sepas cómo tomar una decisión importante.  Piensa en mí en todos tus logros,  en todas tus batallas ganadas  y aún en las que no has conseguido. Piensa en mí al menos un segundo de tu día,  piensa en mí cuando respires libertad,  piensa en mí cuando sonrías inevitablemente,  cuando algún...

A usted que sí sabe de poesía.

Inofensiva, serena, amable y cariñosa,  son sus cartas de presentación pero no se presenta así con todos  es exclusiva.  Encantadora y misteriosa  como un buen libro, o un vino reposado,  su voz estremece a quien esté cerca,  su mirada profunda, llena de sueños  ojos cafés, inundados de esperanza.  Añorando que algún día todo por fin esté bien.  La sonrisa perfecta, siempre una máscara  donde se oculta un poco  de la vil realidad,  no hay nada que la sorprenda más que unas buenas letras,  y quizá una sangría, blanca; una buena conversación a la luz de la luna cabellos desaliñados  donde que se asome el amanecer. Ella no es de amores pasajeros,  tampoco le preocupa que la deje el tren,  al fin y al cabo, ella es su propio tren.  Sueña y lucha día a día,  un perfume no la presume,  se conforma con poquito,  porque realmente sabe el valor de lo aprendido.  Fascinante desde los pies hast...